Desde el inicio de mis colaboraciones a este diario, el propósito ha sido el de dar a conocer a la comunidad las incontables actividades y responsabilidades que se llevan a cabo en el Consulado de México en Brownsville. Ciertamente hemos tocado aspectos de la documentación a mexicanos y a extranjeros, además de mostrar una gran variedad de temas de la protección de los derechos de los mexicanos en nuestra circunscripción. Otros aspectos han mostrado todas las jornadas que se trabaja con el fin de atender a las comunidades mexicanas mediante los programas del Instituto de los Mexicanos en el Exterior. Así hemos tratado de cubrir diferentes facetas que la representación muestra para el beneficio de nuestros compatriotas.
Nos toca ahora dedicar un espacio a la parte comercial de nuestro trabajo. Este aspecto tiene como meta el poder resolver a mexicanos y extranjeros las dudas que surjan en torno al establecimiento de negocios, a importaciones y exportaciones, al establecimiento de redes de contactos comerciales, a intercambios con las distintas cámara de comercio en las ciudades de nuestra área y en general a interactuar de forma activa con empresarios y comerciantes, quienes tienen en sus manos y a su alcance los mejores datos y experiencias respecto a hacer negocios ya sea con México o con otros países y sobre todo a transmitir su presencia como entidades exitosas del mundo empresarial. Es verdad que nuestro empeño se limita a ese esfuerzo facilitador, pero sin duda el mérito de distinguirse como una gran empresa mexicana es de los propios directivos y sus trabajadores.
Lo anterior, lo traigo a colación porque en días recientes tuve la oportunidad de visitar, a invitación de su propietaria, la distinguida señora Cristina Ch. de Casillas, las empresas Mycsa y FertiOrganic , cuyo desarrollo en los últimos dieciocho años pone de manifiesto por un lado la enorme capacidad y empeño de sus directivos para alcanzar a cima de las compañías dedicadas a ese sector y, por otro, la sagacidad para tomar el momento preciso y oportuno para cubrir un mercado mundial ávido de un producto destinado al mejoramiento de la salud, mediante la creación de alimentación más sana, de naturaleza orgánica para el consumo humano. Sin duda, atreverse a ingresar en este espacio especializado, parecería algo irreal y alejado de las posibilidades para alguien que por desgracia había perdido todo y necesitaba empezar desde cero la reconstrucción, no solo de un capital económico perdido, sino de una vida entera. Pero es ahí justamente en donde puede apreciarse el carácter y la formación de las personas, lo que los hace excepcionales, lo que lo lleva a vencer la adversidad.
En nuestra enriquecedora charla, Doña Cristina me refirió cómo iniciaron ella y su ya fallecido esposo este camino; cómo se dio el salto de producir pequeñas cantidades, al número de hoy en día que puede alcanzar toneladas y cómo, de venderse localmente, se pasó a la venta en mercados en muchas partes del mundo, haciéndola una compañía global. Pero más aún, en ese crecimiento internacional, no se perdió de vista el origen familiar y humano de la empresa, preservando los valores de honestidad, justicia y eficiencia como principios infundidos por el fundador. En mi humilde apreciación, estas normas hacen posible que todos los trabajadores de la compañía se sientan incluidos, que gocen de los beneficios de ley y un poco más cuando los rendimientos económicos lo permiten.
Tuve oportunidad de pasar por el comedor justo a la hora en que los trabajadores disfrutaban de su almuerzo, observar cómo convivían y también el respeto y cariño que demostraron por la dueña y directora. Estas muestras de civilidad intramuros, son la más clara manifestación de una armonía lograda sin duda, por esa fascinante mezcla de la responsabilidad, el gusto por la tarea, el afecto por el ser humano y la disciplina y el orden de la vida. Eso sólo se vive en un ambiente construido y propiciado por un liderazgo que se demuestran con acciones.
Como mexicano y funcionario con un mandato específico de servir a los compatriotas, me siento profundamente orgulloso del éxito alcanzado por dos empresas totalmente mexicanas que ponen en claro muchas, pero muchas cosas. Los empresarios mexicanos crean empleos, pagan impuestos, dan certeza a familias, cubren sus obligaciones y además son generosos. Este ejemplo y muchos otros más que suceden en el Valle de Texas, en los que abundan casos similares en diferentes ramas del comercio, como los restauranteros como La Jaiba, Mi Pueblito, el Gourmet Central, son una clara muestra de que una buena convivencia y amalgama entre los inversionistas mexicanos y la economía regional, bilateral y global, son indispensables para generar una dinámica propia que rebasa o refuerza acuerdos como el Tratado de libre comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (NAFTA), en favor de una gran salud financiera para procurar el bienestar social que buscan los gobiernos de nuestros países.
En los próximos meses y quizás años, habrá de observarse y vivirse un nuevo devenir de la relación México-Estados Unidos bajo la nueva administración federal de México y quizás bajo nuevos términos comerciales, dependiendo de la forma que tome la dinámica fronteriza para la que existen gran cantidad de planes y una visión de desarrollo más integral que refleje una mejoría palpable de las ciudades a lo largo de la franja. Pero sin lugar a equivocarme, gran parte de los resultados positivos dependerá siempre del crecimiento de las oportunidades comerciales y de que estas, se realicen con el grado de compromiso y profesionalización con que compañías como MycsaAg y FertiOrganic llevan a cabo su misión.
Sabemos que hay que trabajar en muchos otros aspectos que rodean el futuro de las fronteras para dar certeza jurídica y social al inversor. La seguridad es primordial, tanto de Estados Unidos a México, donde hace falta un fuerte cometimiento a frenar el tráfico ilegal de armas y de México a Estados Unidos, donde debe atajarse de inmediato y con apego a la ley la alta delincuencia que se presenta por la presencia del crimen organizado y que afecta el problema migratorio, la trata de personas, la violación de derechos a nacionales mexicanos y centroamericanos y el narcotráfico. Ese reto, estoy seguro, seguirá siendo atendido de forma prioritaria por lo que será la nueva Secretaría de Seguridad Pública. Hagamos cada quien lo que nos corresponde y tendremos buenos resultados para todos.
En el Consulado de México podemos ayudar en todo aquello que resulte útil para que inversionistas vayan a México o que empresarios e industriales mexicanos vengan a establecerse a esta zona. Queremos más empresas como las de la familia Casillas, queremos más presencia de Mexico, queremos que se valore y aprecie el beneficio que esto significa. Acércate al Consulado de México, aquí estamos para servirte.
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