Por Juan Carlos Cué Vega,
Cónsul de México.
Estimados compatriotas:
En la entrega de hoy tengo que referirme, inevitablemente, a los graves acontecimientos sucedidos hace un par de semanas en la ciudad de El Paso, Texas, en la que murieron nueve nacionales mexicanos por causa del ataque con armas de un individuo afectado e influido por el discurso antiinmigrante que desgraciadamente se vive en los Estados Unidos
Como ha quedado claro, una mezcla de circunstancias se han desgraciadamente juntado. Por una parte, la facilidad para adquirir armas en los Estados Unidos y por la otra, la influencia que en algunas mentes tienen los constantes bombardeos mediáticos de expresiones xenofóbicas, racistas y supremacistas, que se emiten por líderes y políticos extremistas, que afectan la sana relación social que debieran coexistir en una democracia.
Desafortunadamente, el perpetrador del acto criminal ocurrido en un abarrotado centro comercial de El Paso, dirigió su ataque y su odio en contra de nuestra comunidad mexicana. Abiertamente, el homicida expresó que su propósito era matar el mayor número de mexicanos posible debido a la invasión de que era objeto su querida Texas.
Evidentemente, la mejor respuesta que nuestra gente puede tener, es la de demostrar, con los hechos, que todos pertenecemos a la sociedad en la que vivimos, a la que respetamos y a la que nos integramos con el trabajo y la voluntad de hacer honor a la mexicanidad. Esta actitud, permitirá hacer evidente que no somos invasores, que no estamos recuperando ningún territorio, ni lo pretendemos, sino que hemos entendido que la historia así es y no se puede cambiar, que no buscamos más que seguir siendo parte de la humanidad y convivir en igualdad y de manera responsable en este país que, para muchos, ha sido tierra de esperanza, de alcanzar sueños, de dar vida nuevas generaciones binacionales.
En ese sentido, como Cónsul de México creo pertinente transmitir a nuestra comunidad una serie de ideas que deseo les permitan vivir, actuar, prevenir, alertar y confiar en la propia sociedad, así como en las autoridades de la ciudad, del condado del estado y desde luego de nuestro consulado. Créanme que en la solidaridad y la unión está la clave para disuadir ocurrencias tan desafortunadas como los sucesos del El Paso.
En primera instancia, es muy importante el conservar la calma, no difundir rumores infundados sobre supuestas amenazas ni prestarse a actos que, aunque puedan parecer inocentes bromas, pueden catalogarse como conductas incluso delictivas. Así pues, el no extender entre grupos de amigos o por medio de redes sociales las llamadas noticias falsas, ayudará a que no se cree un ambiente de tensión social que pueda derivar en verdaderos hechos dramáticos.
Es igualmente importante permanecer alertas a cualquier indicio de intenciones de hacer daño. Las autoridades de este país siempre estarán en capacidad de responder ante una denuncia hecha con toda la seriedad. Nuestras comunidades deben crear fuertes lazos de confianza con las autoridades de aplicación de la ley. Ellos responderán con actos de investigación y protección. Así me lo han manifestado en diversas ocasiones en que he visitado al Jefe de policía, al Sheriff el condado, al fiscal, a las autoridades federales como el FBI, con quienes hemos establecido líneas de comunicación abiertas para hacerles saber cualquier señal de que en alguna comunidad esté pasando algo sospechoso o envuelto en el oscurantismo. Denunciar pues oportuna, veraz y seriamente, puede salvar vidas y evitar tragedias.
En este mismo orden de ideas, recuerde que el mal no necesariamente se encuentra en grandes grupos o asociaciones que, si bien existen, en su mayoría están reconocidas y por lo tanto bajo la mirada vigilante de la autoridad. Sin embargo, poner atención a los comportamientos individuales en los hijos, los miembros de nuestras familias, los de las familias vecinas o en los individuos solitarios y auto aislados, es relevante. Cuántas veces hemos oído que la persona que cometió actos deleznables resultó ser un sigiloso acaparador de armas o de literatura infamante y que convoca a hacer el mal y nunca, nadie detectó en esas conductas el germen de un mal mayor. Por ello, sin exagerar y con toda serenidad, hay que poner atención a lo que nos rodea y así ser corresponsables de la seguridad propia y de quienes nos rodean.
Por otra parte, en el Consulado de México tenemos alianzas y memoranda firmados con diversas asociaciones que nos pueden ayudar en casos de discriminación por raza, preferencia sexual, actividad política, trata de personas, violencia doméstica o, como en estos casos a los que hacemos referencia contra grupos o actos de odio. En efecto, los consulados en Texas podemos acudirá importantes grupos de defensa u abogacía como la Liga Antidifamación (Antidifamation League ADL), quienes nos auxiliarán si usted detecta o es víctima de una situación en la cual sus derechos o simplemente su vida se vea amenazada. Así pues, acuda a nuestro consulado y háganos saber lo que sucede para poder ayudarle.
Los Estados Unidos y la mayor parte de su gente son un país grande y estoy seguro que la vida amable que se siente aquí en el Valle de Texas responde también a una grandeza igual del pueblo de México. Estamos vinculados y unidos por muchas razones. Hagamos de nuestra unidad una causa más para la tranquilidad y paz de nuestra región. Entre todos nos debemos ayudar.
Deseo que estas reflexiones sean de utilidad para todos. En cualquier caso, en el Consulado de México estamos para servirte. Acércate a nosotros.
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