LA CONDENA INTERNACIONAL A LA POLITICA DE SEPARACION DE FAMILIAS MIGRANTES EN ESTADOS UNIDOS.



Por Juan Carlos Cué Vega, Cónsul de México en Brownsville.

 

El pasado 19 de junio, el Secretario de Relaciones Exteriores expresó la condena del

gobierno mexicano a la política de separación de familias migrantes que ha puesto en

marcha el gobierno de Estados Unidos. El secretario Videgaray afirmó que ésta, es una

acción cruel e inhumana que claramente representa una violación a los derechos

humanos de los migrantes y pone en situación de vulnerabilidad a niñas y niños.

Otros países, organizaciones internacionales y de la sociedad civil, personajes y líderes

morales como el Papa Francisco, actores, medios de comunicación, deportistas,

influencers y una multiplicidad de voces en el mundo, hicieron oír su voz y sus

preocupaciones por los efectos que la aplicación de tan cruel política tiene sobre

familias, menores, gobiernos e individuos.

Esta crisis humanitaria generada por la administración republicana encabezada por el

señor Trump, se ha vuelto uno de los temas más controvertidos en la historia mundial.

En verdad, es momento de que las naciones democráticas del globo empiecen

seriamente a preocuparse por la embestida de quien ostenta un poder al que no se le

pone freno y que pretende revivir estrategias de odio y segregación que, en el triste

pasado, produjeron calamidades y atrocidades a las que la sociedad ya no quiere

volver nunca, ni quiere recordar.

Hasta el momento en que escribo esta entrega, la insensatez detrás de la Cero

Tolerancia ha provocado la detención indefinida y su colateral separación y

desintegración familiar, de cerca de dos mil quinientos menores. Diversos funcionarios

del gobierno norteamericano han sostenido cosas indefendibles e increíbles, mintiendo

abiertamente al público, invocando pasajes bíblicos y acusaciones al partido opositor

para justificar este aberrante comportamiento oficial.

Encima de todo, caracterizan a las decisiones migratorias del actual gobierno

estadounidense, una enorme cantidad de disrupciones, contradicciones, escándalos y

razonamientos poco sustentados, vagamente reflexionados e impredecibles, en los que

con gran facilidad se culpa al migrante achacándole una criminalidad fantasiosa y se

ataca, sin base alguna, a los gobiernos de Centroamérica, pero principalmente al de

México, por una supuesta falta de colaboración e inacción en el control de un fenómeno

de movilidad humana en el que lo menos que se puede esperar, es la

corresponsabilidad y no la utilización política de la inocencia de pequeños, familias

víctimas de la violencia, el crimen organizado, el narcotráfico y tantas otras

desgarradoras causas de la migración.

En estas reflexiones, es necesario hacer alusión a por lo menos tres factores por los

cuáles el mundo y algunos grupos al interior de los Estados Unidos estiman que todo el

concepto sobre el cual se basa la fragmentación familiar es erróneo. Estos son: los

aspectos legales, los tintes humanitarios y la profundidad del daño psicológico que

estas acciones generan en los menores.

Los aspectos legales.

Los personeros de la Casa Blanca sostienen que la separación de familias es una

consecuencia de aplicar leyes que actualmente existen, que fueron creadas en

gobiernos anteriores y que corresponde solo al Congreso corregir. Lo anterior carece

de sustento ya que en este momento no existe ninguna ley que obligue al gobierno a

presentar cargos criminales contra migrantes que crucen la frontera, ni están en vigor

normas que requieran la separación de menores de los adultos con los que transiten.

La realidad, por el contrario, es que desde el año 1998 fue emitido el llamado “Acuerdo

Flores” (Flores Settlement Agreement) el cual obliga al gobierno federal a procesar la

libertad de menores sin demora innecesaria (veinte días según lo han interpretado las

Cortes), salvo en casos en que la liberación de los menores se convierta en una peligro

para la salud pública, la salud del menor o bien en casos en los que los oficiales de

gobierno determinen que existen motivos para creer que el menor escapará a la

justicia.

Ante la imposibilidad de sostener permanentemente esta falsedad y ante la enorme

presión internacional y las demandas internas de que renunciara la Secretaria del

Departamento de Seguridad Interna, Trump se vio obligado a firmar una orden

ejecutiva por la cual los agentes que trabajan en la frontera Sur que procesan

personas indocumentadas deberán de dejar de separar a niños y jóvenes de sus

padres o familiares cuando sean detenidos por intentar cruzar la frontera hacia Estados

Unidos sin la documentación requerida.

La percepción generalizada, es que esta firma, aunque es un paso positivo, es una

decisión parcial, incompleta e insuficiente, ya que deja en el limbo la reunificación al no

establecer las directrices claras para ello, creando confusión entre los representantes

legales de los menores y sus familias, poniendo en graves aprietos a las autoridades

de la Patrulla Fronteriza y entorpeciendo las labores desarrolladas por los cónsules de

El Salvador, Honduras, Guatemala y México que son las nacionalidades mayormente

involucradas en este caos.

Aspectos internacionales humanitarios.

En la conferencia citada el Canciller Videgaray también expresó que “respetamos a

cabalidad la soberanía y el Estado de Derecho de los Estados Unidos. Sin embargo,

por convicción y por obligación constitucional, no podemos permanecer indiferentes

ante una situación inhumana y cruel, como la separación de familias en la frontera.

Hacemos un llamado al gobierno de Estados Unidos, al más alto nivel, para que

reconsidere esta política y dé prioridad al bienestar y los derechos de las niñas y los

niños, con independencia de su nacionalidad o su situación migratoria” y exhortó a las

autoridades del gobierno estadounidense a permitir y facilitar de inmediato la

comunicación entre los niños y sus padres, con el objetivo de aminorar los graves

efectos que tiene esta situación.

Además, hizo un llamado a la comunidad internacional y a los organismos

multilaterales a expresarse de manera clara y no permanecer indiferentes ante esta

situación, que consideró inaceptable informando que a través de nuestras Misiones

ante las Naciones Unidas, en Nueva York y en Ginebra, y ante la Organización de los

Estados Americanos, en Washington, hemos acudido a todos los órganos del Sistema

de Derechos Humanos de Naciones Unidas y del Sistema Interamericano de Derechos

Humanos para denunciar la separación de familias. En particular, hemos generado

comunicaciones formales con el Secretario General de las Naciones Unidas y el Alto

Comisionado para los Derechos Humanos, así como con los órganos de Tratados y

Mecanismos Especiales del Consejo de Derechos Humanos competentes en materias

como migración y niñez”, detalló.

El daño psicológico.

Diversos especialistas de varias nacionalidades e instituciones acreditadas de estudios

del comportamiento humano, hacen notar la indeleble huella que estas traumáticas

vivencias dejan en el menor. A mi juicio, sin tener yo ningún entrenamiento en

psiquiatría ni mucho menos, los niños que se han visto afectados por esta

desafortunada y visceral política, sufrirán consecuencias fatales por las decisiones que

en la desesperación pueden tomar. Un primer ejemplo ya lo tuvimos con el menor

hondureño que decidió huir del albergue en el que se encontraba. Los oficiales del

albergue Southwest Key Center no tienen ninguna facultad para retenerlos, los

menores no son criminales procesados y por lo tanto si deciden irse les dejarán salir

del albergue, con las consecuencias terribles que ello puede tener para el bienestar del

niño o adolescente, ya que pueden irse en soledad a la calle, ser recogidos por el

crimen organizado y tantos otros peligros que pueden enfrentar.

La esperada reunificación que deberá venir luego de la nueva orden ejecutiva el señor

Trump, debería ocurrir con el auxilio de profesionales de la educación infantil a fin de

que se haga sin daño. No sabemos en este momento como se resolverá la crisis

generada, pero lo que si observamos es un complejo desorden y falta de articulación

de las autoridades de los Estados Unidos.

Los consulados de México en particular en zona fronteriza, estaremos atendiendo

todos aquellos casos en que algún menor o familia mexicana requiera la asistencia

para una reunificación exitosa. De igual forma apoyaremos a nuestros colegas los

cónsules centroamericanos en todo aquello que legalmente podamos para responder a

esta situación que nos afecta a todos más allá de la nacionalidad, porque en verdad

nunca como ahora se necesita un verdadero compromiso humanitario para señalar lo

incorrecto, inhumano y cruel de la llamada tolerancia cero.

Si conoces de algún caso, comunícate con nosotros. Para ello estamos aquí.

la condena internacional a la separación de familia.docx

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