CONOCER LA LEY, TE PROTEGE.



Por Juan Carlos Cué Vega, Cónsul de México

Plasmar de una manera didáctica las principales diferencias existentes entre los sistemas legales de México y de los Estados Unidos de América no es sencillo. Sin embargo, es indispensable hacerlo en estos tiempos para contribuir a que la comunidad mexicana establecida y las personas que ocasionalmente, ya sea por turismo o por trabajo, viajan en territorio norteamericano, puedan detectar en tiempo, que ciertas conductas los pueden conducir a graves cargos y verse sentenciados a penas que impactarán para siempre sus vidas. En este sentido, es deber de los funcionarios consulares, entre muchas otras tareas, advertir y orientar a nuestros nacionales. Por ello, consideramos pertinente siempre inculcar e impulsar el respeto a la ley del lugar en el que estamos.

Para tratar de ejemplificar los más comunes enredos en que suele verse envuelta nuestra comunidad, citaré al menos tres situaciones cotidianas. Estas son las siguientes: la ley y la familia; las finanzas y la autoridad y el uso y distribución de alcohol y otras drogas en el sistema penal americano.

Derecho y familia.

En efecto, hay ciertos comportamientos que en nuestra práctica diaria o idiosincrasia no parecen tener consecuencias. Me refiero, por ejemplo, a casos en que los adultos salen de sus casas habitación para ir a trabajar, para hacer un mandado o por cualquier otro motivo y dejan solos a los menores o bajo el cuidado de otro menor. Esta conducta aparentemente tan inocente como común, si ocurre en un vecindario en las ciudades estadounidenses, puede llevar a que los menores sean puestos a disposición de los servicios de protección al menor y a los padres les sean adjudicados cargos por abandono, maltrato o negligencia.

En nuestra experiencia, hemos atendido infinidad de casos de protección consular que tienen este esquema. Ocurre con mayor frecuencia de lo imaginado, el hecho de que alguien denuncia que los menores se encuentran solos o simplemente que las condiciones de limpieza de la casa no son apropiadas. De igual forma, algunas costumbres para la educación familiar de los menores, como son las llamadas de atención mediante expresiones físicas como puedes ser las palmadas, cachetadas o nalgadas que algunas madres o padres aplican por considerar apropiados para disciplinar a sus hijos, son contempladas en la legislación como actitudes de violencia en contra del menor y por ello el riesgo de que si esto ocurre en un supermercado, centro comercial o en la calle, pueda significar la detención y puesta a disposición de la policía de los padres.

Conviene pues, por tanto, tener en cuenta que concurren en este tipo de situaciones al menos tres circunstancias. La primera es que, si bien en nuestro país existe una autoridad encargada de los asuntos del menor, esta no suele atender llamados como el descrito líneas arriba, ya que muy probablemente nadie esté en capacidad de denunciar pues resulta una responsabilidad que difícilmente se asume si existe el riesgo de caer en la misma situación. En cambio, el Children Protective Service (CPS)en los Estados Unidos, recibe y atiende cientos de denuncias que pueden ocurrir ya sea por un legítimo interés por el bienestar del menor o, como desafortunadamente ocurre en ocasiones a nuestra comunidad, por venganzas, racismo, envidias o simplemente por malos entendidos de lo que es la cultura familiar latina.

Por otra parte, consignar a prisión a los padres (desde luego en casos desprovistos de otros elementos criminales) resulta en una mal perjudicial para los menores de edad. Hay muchos casos en los que es desgarrador ver a hijos ser arrancados literalmente de sus núcleos familiares por el CPS, para asignarlos rápidamente a hogares substitutos.

Por último, en México, tanto el DIF como otros albergues públicos existentes, difícilmente cuentan con los recursos para tener bajo su custodia por largo tiempo a los niños ni existe un sistema estructurado de hogares substitutos. Esta diferencia en el sistema legal, confunde a veces ya que los individuos asumen que nada les sucederá a sus hijos, pero, por el contrario, dada la gran cantidad de recursos a su alcance, las instituciones de atención al menor norteamericanas sí tienen más facilidades y pueden actuar.

Sobre este mismo tema, es muy conveniente también referirnos al asunto de los adultos mayores, ya que existe legislación que igualmente protege, correctamente, a este sector de la población Lo que pasa es que, en ocasiones, por atender las necesidades de la vida, se olvida la atención especial que debe procurarse a la población de edad avanzada. En ese sentido, en el desempeño de las tareas consulares también hemos atendido casos como estos.

En consideración de lo anterior, respetuosamente nos permitimos recomendar a nuestros connacionales tomar las precauciones pertinentes respecto del modo de tratar a sus familias tanto en lo público como en lo privado, pues debemos recordar que la ignorancia de la ley no nos exime de su cumplimiento y más vale que, aunque no estemos familiarizados con este tipo de disposiciones, ni estemos en ocasiones de acuerdo, es le ley y debemos respetarla.

El dinero y la ley.

En lo que se refiere al manejo de las finanzas personales, existen en los Estados Unidos una buena cantidad de mitos, medias verdades y hechos reales. Desafortunadamente, salvo los esfuerzos que estamos realizando los consulados de México a través de las Ventanillas de Asesoría Financiera, los mexicanos entendemos el manejo de la economía familiar como un enjambre de necesidades a cubrir y poca práctica tenemos en la manera de gestionar y administrar los dineros producto del enorme esfuerzo laboral que en su mayoría desarrollan los mexicanos. En esta mala práctica en ocasiones se cae en delitos y ello los lleva a grandes pérdidas materiales y hasta puede llevarles a prisión.

Algunos ejemplos de estos incidentes se generan y tienen que ver con los créditos, ya sea de tarjeta, hipotecarios, automotrices o de otra índole. Así, con mucha frecuencia, hemos visto casos en los que los connacionales pierden su casa, su automóvil y muchas otras cosas por una deficiente planeación de sus capacidades de adquirir deuda y desgraciadamente, en la desesperación, incurren en cargos delincuenciales, en el no pago, en el incremento de intereses y a veces se fugan o esconden lo que genere su búsqueda como fugitivos.

Otro muy común inconveniente tiene que ver con las omisiones de declaraciones de impuestos o declaraciones fraudulentas. Por lo general este tipo de infracciones afectan gravemente a propietarios de negocios y puede llegar a tener grave impacto en el historial económico del inversionista. En este país, está claro que el servicio de recaudación de impuestos (IRS por sus siglas en inglés) es uno de los más feroces perseguidores de personas y en ocasiones da sustento a la construcción de casos criminales como ha ocurrido en muchas oportunidades.

Por ello, las asesorías en materia de adquisición de inmuebles, declaraciones de impuestos, eficiente bancarización y oportuna atención a cuentas es indispensable y constituye una de las principales vertientes de educación financiera que invitamos a los mexicanos a prepararse e instruirse adecuadamente. Es por eso que se han firmado memoranda de entendimiento con diversas instituciones que prestan este servicio en conjunto con el Instituto de las Mexicanos en el exterior que opera en cada consulado mexicano.

Habremos de seguir insistiendo en adiestrar y educar (en el sentido de instruir) a los mexicanos en materia de economía familiar y finanzas. Está comprobado que para que el éxito de un migrante sea percibido en su totalidad, es necesario el triunfo económico también y ello no es posible, si por falta de conocimiento técnico, se dilapida el dinero o se mal invierte. Te invitamos pues a que acudas a los diversos talleres y cursos que en conjunto con nuestras entidades asesoras otorgamos, por lo que llama o apersónate al Consulado y pregunta por el área comunitaria y los cursos en esta materia.

El alcohol, las drogas, la cárcel.

El subtítulo de los párrafos que siguen, suena como lo que verdaderamente es: asusta y produce miedo y temor. Pensar en las consecuencias y las sanciones y castigos que la ley establece para quienes abusan de las sustancias que alteran, no solo el comportamiento humano y la mente del individuo, sino que causan profundo daño a la sociedad, debería ser lo suficientemente convincente para evitar caer en ello, Por desgracia no lo es y muy a menudo, casi diría que día con día, destruyen vidas y familias de nuestros nacionales que viven en los Estados Unidos.

Una muy mala costumbre que desafortunadamente hemos visto entre nuestros paisanos, es el hecho de consumir más alcohol de lo que legalmente está permitido cuando se conduce un vehículo. Así, por ejemplo, la buena tradición de juntarse en casa, con los amigos, ver un partido de futbol o alguna otra celebración, puede acabar de manera catastrófica, si al momento en que se acaban las cervezas se toman las llaves del vehículo y se sale a la tienda de conveniencia a comprar más.

En estas condiciones se corren grandes riesgos, ya que la persona no está en sus cabales, ni en su sano juicio y de repente, puede suceder que una patrulla policíaca nos indique detenernos y no hacemos caso, no nos detenemos, nos negamos a las pruebas de aliento alcohólico o, peor aún, intentamos escapar y ocasionamos un atropellamiento u otra clase de accidente. Lo más seguro, es que los individuos acaben sufriendo la privación de su libertad, exponiendo a su familia a gastos, dificultades legales y sufrimientos innecesarios, y que eventualmente terminen deportados después de cumplir algún tiempo en prisión.

Debemos recordar que no hay ningún tipo de arreglo que se pueda hacer por fuera o en lo oscuro, pues estas cosas pueden emporar más aún la situación. No debe intentarse ningún soborno u ofertar estímulos a los oficiales. La mejor solución, es la prevención. Evita el consumo o, por lo menos, confía a otras personas que no consuman, la tarea de conducir o hacer encargos. Recuerda que en los Estados Unidos hay infinidad de programas para dejar de beber o para llamar a un taxi o para usar el sistema del conductor designado etcétera. Piensa en ti, en tu futuro, en tu familia.

Así pues, es muy importante tener en mente esta forma de aplicar y de entender la ley. Como personas de bien, los mexicanos debemos dar muestra de que respetamos el orden jurídico de otros países, especialmente de aquel en el que estamos viviendo. Ello contribuye a ser vistos como un pueblo de trabajo y respetuoso, borrando así las impresiones erróneas que desde algunos sectores se difunden; evita pérdidas para nuestro grupo y nuestras familias y permite una vida ordenada y en paz.

Si tienes interés por conocer más de cualquiera de estos temas y tener acceso a mayor información sobre casos específicos, acude con nosotros, VISITA EL CONSULADO DE MEXICO, ESTAMOS PARA SERVIRTE.

 

 

 

.