EL SERVICIO DIPLOMATICO Y CONSULAR DE MEXICO.



En mis treinta y tres años dentro de la carrera del Servicio Exterior Mexicano, con mucha frecuencia me he encontrado a personas que tienen poco o nulo contacto con la materia internacional y suelen preguntarme qué es, para qué sirve, como se ingresa, como se decide el establecer una Embajada o un Consulado, quienes trabajan ahí y muchas otras cuestiones a las que en esta entrega trataré de darles una respuesta útil, didáctica e informativa.

Empezaré por contarles que el Servicio Exterior Mexicano somos un grupo de profesionales que representamos al Estado mexicano en el exterior, que actuamos bajo las directivas marcadas por la Secretaría de Relaciones Exteriores, que es la rama del poder ejecutivo encargada de poner en marcha las decisiones que en materia de política exterior decida el jefe del ejecutivo. Nos encontramos sujetos a las disposiciones de la Ley del Servicio Exterior Mexicano y en la actualidad somos aproximadamente 1600 miembros que atendemos posiciones en 80 Embajadas y 67 Consulados, 8 misiones multilaterales y 3 oficinas de enlace repartidos en el mundo entero y en la Cancillería en México. Nos dividimos en tres principales ramas, que son la diplomática, la consular y la rama técnico-administrativa. Así, con este cuerpo de profesionales, México atiende asuntos bilaterales, multilaterales, consulares y administrativos.

Todos los países cuentan con un órgano similar cuyas actividades a nivel global se encuentran establecidas en dos instrumentos básicos de las relaciones internacionales. Me refiero a las Convenciones de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961 y la de Relaciones Consulares de 1963).

Si bien estos dos tratados ya se encuentran rebasados por la realidad y nueva composición tanto geográfica, como económica y política del mundo, fueron indudablemente las normas que dieron un marco jurídico a las actividades de los gobiernos con el propósito de admitir la operación de sus diplomáticos en el territorio de otro país. Ahí se establecen los privilegios e inmunidades de que habrán de gozar para llevar a cabo su efectiva función con libertad y con apego a la ley.

Así pues, los Embajadores son los portadores de la visión del Jefe de Estado al que representan y de ahí que se les denomine plenipotenciarios. Se ocupan de asuntos bilaterales (de país a país) o multilaterales (en organismos internacionales). Los Cónsules, por su parte representan al país que envía, en una demarcación territorial llamada circunscripción consular y son encargados de ejecutar políticas públicas frente a sus propios nacionales y los ciudadanos del Estado receptor.

Desde tiempo atrás y con mayor fuerza desde la formación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los Estados han establecido sus Embajadas para tener los canales de comunicación directa. Así, por ejemplo, México tiene su Embajada en Washington para que ahí se traten los asuntos económicos, políticos o de cualquier otra índole que sean prioritarios a tratar entre los altos niveles de cada ejecutivo. De la misma forma, el gobierno de Estados Unidos tiene una importante representación diplomática en la ciudad de México. La ubicación presencial de los funcionarios, aún en tiempo de tecnología avanzada y redes sociales, es la más adecuada forma de desarrollo de la diplomacia. Ello explica que en la época actual de, por ejemplo, intensas negociaciones sobre el TLCAN, con la intervención activa del Embajador mexicano, se realicen tantos viajes de los ministros de economía y relaciones exteriores. Se llevan a cabo las negociaciones in situ y los funcionarios de la embajada le dan el seguimiento puntual a cada gestión efectuada.

En materia consular, por el contrario, el procedimiento para el establecimiento de una oficina de este tipo, obedece a otra lógica y responde a otro protocolo. En efecto, el Estado que desea abrir una oficina consular en algún lugar del territorio de otro país, realiza un estudio que pasa por la demografía, los servicios, la demanda laboral, la accesibilidad y un sin número más de análisis que determinan la necesidad o urgencia. Por citar ejemplos concretos, puedo relatarles que cuando se estableció el Consulado de México en Raleigh, Carolina del Norte, la Secretaría de Relaciones Exteriores, por informes de su Sección Consular en Washington, se percató del gran crecimiento de la población mexicana en dicho estado. Hasta ese momento, la demanda de expedición de pasaportes, matrículas consulares y actas de nacimiento, se realizaba en el Distrito de Columbia, a más de seis horas de distancia o, mediante consulados móviles que cada dos o tres meses acudían a ciudades como Charlotte o Winston-Salem para poder atender a los mexicanos que tenían necesidad de alguna identificación para no ser atrapados por el servicio de inmigración. En unos cuantos años, el número de compatriotas se cuadruplicó, por lo que el gobierno de México decidió la apertura de esa oficina. Se solicitó la anuencia del Departamento de Estado, se realizaron las gestiones administrativas frente a Hacienda en México y se nombró a un titular de ese consulado, en el año 2002. El gran esfuerzo y gasto que se genera en este tipo de decisiones obedece a la puesta en marcha de políticas públicas de servicio a la población, y se consideran más los elementos de presencia del Estado mexicano, que la rentabilidad económica En otras palabras, los consulados son y están al servicio de nuestros nacionales y no son empresas

El personal de las oficinas en el exterior.

En las representaciones mexicanas encontramos personal miembro del servicio exterior (SEM) necesariamente de nacionalidad mexicana y los prestadores de servicios independientes que son contratados localmente y que, en el caso particular del personal de la Embajada y los consulados de Mexico en Estados Unidos, tienen que ser ciudadanos o residentes. El personal del SEM está divididos en rangos que van desde técnico administrativo hasta Embajador, pasando por las diferentes categorías que marca la Ley. La S.R.E. decide la plantilla con base en las necesidades a atender. Así, por ejemplo, el personal de la Embajada de México en Moscú, es mayor que el de aquellos acreditados en Paraguay o el personal del Consulado en Los Ángeles que es inmensamente mayor al del Consulado en Brownsville.

Conviene aquí señalar que nuestra recomendación a todos aquellos que se acercan a nuestras oficinas en busca de un empleo, es el de considerar diversos factores, relacionados directamente con las aspiraciones de cada persona. En efecto, si eres profesionista y mexicano y tu interés es el de construir tu desarrollo profesional en torno a los temas y presencia de México en el mundo, debes planear un compromiso con el país e ingresar a este cuerpo profesional. Cada año, se emite una convocatoria a un concurso público de ingreso. El concurso ha incrementado el número de aspirantes cada año, por lo que te invitamos a que consultes nuestra oficina o la página de la Secretaría de Relaciones Exteriores y estar atento a las fechas en que se realizará. Es una gran experiencia y México ha ganado con la integración de individuos de diversa formación académica que aportan visiones nuevas a la política exterior mexicana.

Por lo que hace al personal contratado localmente, te sugerimos enviar u ficha curricular al consulado u oficina de tu interés la cual, de acuerdo a la disponibilidad de plazas, te podrá convocar en su momento y previa evaluación podrá estar en capacidad de ofrecerte una oportunidad. Aquí es necesario destacar que este tipo de personal se contrata por tiempo limitado y está sujeto a evaluación constante de su desempeño. Por último, es necesario que conozcas las particularidades del perfil solicitado, ya que las actividades pueden ser administrativas, legales, secretariales o de otra índole y cada oficina determina las vacantes con base en su plantilla.

Afortunadamente la presencia de México en el mundo se ha ido fortaleciendo más cada día y la importancia de nuestras relaciones con otros países queda manifiesta en la gran cantidad de negocios, tratados, acuerdos y demás convenios que otorgan el marco regulatorio a nuestra vida internacional. Por ello es muy trascendente que el servicio exterior mexicano crezca y se fortalezca para que más mexicanos puedan desempeñar esta tarea. Te invito a estar pendiente de las convocatorias e invitaciones a cursos diversos en nuestro Instituto Matías Romero de Estudios Diplomáticos el cual, adaptándose ya a la modernidad, tiene incluso cursos en línea. En el consulado te podemos proporcionar toda la información necesaria. Acude con nosotros, ¡te esperamos!

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