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La Corte Suprema dejó en pie el lunes una decisión que prohíbe los abortos de emergencia que violan la ley en Texas, que tiene una de las prohibiciones al aborto más estrictas del país.
Los magistrados no detallaron sus razones para mantener en pie una orden de un tribunal inferior que decía que no se podía obligar a los hospitales a practicar interrupciones del embarazo si ello violaba la ley de Texas. No hubo disensos públicamente señalados.
La decisión llega semanas antes de una elección presidencial en la que el aborto ha sido un tema clave después de la decisión de 2022 del Tribunal Supremo que revocó el derecho nacional al aborto.
Los magistrados rechazaron un intento de la administración Biden de anular la orden del tribunal inferior. La administración argumenta que, según la ley federal, los hospitales deben realizar abortos si es necesario en casos en que la salud o la vida de una paciente embarazada estén en grave riesgo, incluso en estados donde está prohibido.
Las quejas de mujeres embarazadas con problemas médicos que son rechazadas en las salas de emergencia en Texas y otros lugares han aumentado a medida que los hospitales lidian con la cuestión de si la atención estándar podría violar las estrictas leyes estatales contra el aborto.
La administración señaló la acción de la Corte Suprema en un caso similar de Idaho a principios de este año en el que los jueces permitieron por poco margen que se reanudaran los abortos de emergencia mientras continúa una demanda.
Texas, por su parte, pidió a los magistrados que dejaran la orden en vigor. Texas dijo que su caso es diferente al de Idaho porque Texas tiene una excepción para casos con riesgos graves para la salud de una paciente embarazada. En el momento en que comenzó el caso de Idaho, el estado tenía una excepción para la vida de una mujer, pero no para su salud.
Texas señaló un fallo de la corte suprema del estado que dice que los médicos no tienen que esperar hasta que la vida de una mujer esté en peligro inmediato para proporcionar un aborto legal.
Sin embargo, los médicos han dicho que la ley de Texas es peligrosamente vaga y una junta médica se ha negado a enumerar todas las condiciones que califican para una excepción.
La interrupción del embarazo forma parte desde hace tiempo del tratamiento médico de pacientes con complicaciones graves, como forma de prevenir la sepsis, la insuficiencia orgánica y otros problemas graves. Pero en Texas y otros estados con prohibiciones estrictas del aborto, los médicos y los hospitales han dicho que no está claro si esas interrupciones podrían entrar en conflicto con las prohibiciones del aborto que conllevan la posibilidad de penas de prisión.
El caso de Texas comenzó después de que la Corte Suprema revocara el fallo Roe v. Wade en 2022, lo que llevó a restricciones al aborto en muchos estados controlados por los republicanos. La administración Biden emitió una guía que decía que los hospitales aún debían proporcionar abortos en situaciones de emergencia según una ley de atención médica que requiere que la mayoría de los hospitales traten a cualquier paciente con problemas médicos.
Texas presentó una demanda por esa directriz, argumentando que no se puede obligar a los hospitales a realizar abortos que violarían su prohibición. El Tribunal de Apelaciones del Quinto Circuito de Estados Unidos se puso del lado del estado y dictaminó en enero que la administración había excedido su autoridad.
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