Con pruebas PCR, estas científicas mexicanas pelean contra el Covid-19



La infraestructura necesaria para hacer las pruebas PCR es muy costosa y para su elaboración se requieren profesionales especializados.

Los laboratorios son piezas clave en la “batalla” cotidiana de México y otros países en la contención de la propagación del virus SARS-CoV-2 y las pruebas de Reacción en Cadena de la Polimersa (PCR por sus siglas en inglés) son una de las herramientas más efectivas para detectarlo.

Vasti Juárez González, doctora en Bioquímica de la UNAM; y Andrea Gutiérrez Quezada, investigadora postdoctoral en la Universidad de Lisboa, son dos mexicanas que forman parte de dos equipos conformados por alumnos, investigadores y trabajadores enfocados en hacer pruebas PCR; la primera en la Ciudad de México y la segunda en Lisboa Portugal.

Para llevar a cabo estas pruebas, que permiten detectar fragmentos del material genético de un patógeno o microorganismos, se requiere personal diferente para cada una de las etapas integradas por el muestreo, la extracción, los experimentos y el análisis, explica Juárez González, quien trabaja en el área de análisis y validación de resultados de pruebas de PCR para el diagnóstico del proyecto integrado por la Secretaría de Salud de la Ciudad de México, la UNAM, el Instituto de Nutrición Salvador Subirán y el Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN).

“En el área de análisis somos 10 o 12 personas, hay dos investigadores que coordinan esta área, cada resultado tiene que ser validado por pares, si bien una sola persona podría dar un diagnóstico, lo que se busca es que sea lo más seguro posible. Entonces hay dos personas analizando los resultados, se validan entre ellos, entonces una vez que se tienen esos resultados se va hacia el coordinador y esa es la persona que tiene que validar los resultados”, detalla la Juárez González.

La infraestructura necesaria para hacer estas pruebas es muy costosa y para su elaboración se requieren profesionales especializados, lo que resulta en un proceso complejo y las características de la industria médica y científica del país obligan aún más a controlar la generación de estas pruebas.

“El proyecto en el que yo estoy trata de hacer un rastreo epidemiológico debido a su complejidad, están planeadas más de 100,000 pruebas para la ciudad, finalmente esto pudo ser posible porque existía un lugar que tenía la infraestructura, que es el Instituto Nacional de Medicina Genómica, ahí tenían ya los equipos, ahí se tení­a a gente capacitada, finamente muchos estudiantes y recién egresados de los doctorados están trabajando pero no se tiene la infraestructura que pueda funcionar de esa manera en otras partes del país”, apunta.

Andrea Gutierrez Quezada, que vive en Lisboa en donde cursa un posdoctorado y estudia las bases moleculares de algunas enfermedades neurodegenerativas como Hungtington y Alzheimer, se unió de forma voluntaria al laboratorio de pruebas PCR en esa ciudad que implementó la Facultad de Ciencias de la Universidad de Lisboa, un esfuerzo similar al que se hace en la Ciudad de México pero con un escenario menos complejo.

“La inversión inicial fue de la Facultad de Ciencias y se invirtió en las modificaciones condiciones especiales que existían en este laboratorio en especifico, para que el laboratorio fuera de Bioseguridad Tres, entonces con todas las personas que trabajamos ahí­, todos tenemos doctorado, es necesario que conozcas el procedimiento de un laboratorio normal y que lo lleves al siguiente nivel”, detalla Gutierrez Quezada.

A diferencia de México, explica la científica, en Portugal desde hace años han florecido emprendimientos enfocados en la producción de material médico y de laboratorio, además de la inversión en ciencia y recursos humanos.

“Ellos tienen muy claro que para salir de la crisis económica tienen que invertir en ciencia, en los recursos humanos y las pequeñas empresas. Aquí todos los reactivos que usamos, pipetas, puntas, etcétera, son producidos en Portugal, porque hay empresas que han tenido la facilidad de iniciar una startup y piden ayuda del gobierno y ahora todo se produce localmente, entonces eso abarata bastante los costos, eso y que nosotros que estamos formados para esto no estamos recibiendo ninguna remuneración”.

Gutierrez Quezada y Juárez González coinciden en señalar que en México no existen este tipo de empresas por lo que los materiales para hacer las pruebas son importados de Alemania, lo que genera que aumenten los costos y la logística sea más complicada.

PCR y serológicas

Algo en lo que insisten ambas científicas es en la complejidad que implica la elaboración de estas pruebas que en todo caso son más certeras que las serólogicas, conocidas como pruebas rápidas.

“Con la PCR detectan una secuencia genética del virus per se, que puedes detectar diferentes secuencias de proteínas del virus, entonces estamos hablando de una detección directa, la persona tiene o no tiene el virus.

Otra ventaja de la PCR es que cuando uno hace el análisis puedes observar la carga viral porque es una cosa cuantitativa, eso te permite saber si realmente la persona está en un periodo pre infeccioso y tal vez necesita hacerse una nueva prueba o simplemente tiene una cantidad viral necesaria”, explica Juárez Gutierrez.

Las pruebas serológicas, se realizarán a través de pruebas de sangre para saber si han producido anticuerpos en el organismo.

“La gran diferencia de estas pruebas es que no detectan un virus, sino una acción inmunológica del cuerpo, es decir, los anticuerpos que tu produces al estar enfermo o estar en contacto con cualquier agente infeccioso, el problema de esto viene en diferentes niveles, en primera, los anticuerpos no se producen cuando estas en una etapa infecciosa, los anticuerpos se producen entre dos semanas y tres semanas, más o menos, después de la infección”.

Fuente: Forbes México

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