WASHINGTON.
El presidente Donald Trump volverá a ocupar un lugar central en la respuesta del gobierno al coronavirus después de un debate en la Casa Blanca sobre la mejor manera de desplegar en público su activo más grande y más volátil —él mismo— a medida que caen sus números en las encuestas.
Una semana después de reorganizar su equipo de campaña, el plan es que Trump vuelva a tener una presencia pública regular en el podio a partir del martes, a medida que aumentan los casos de coronavirus en Estados Unidos.
Los asesores de Trump han enfatizado la urgencia de que el presidente republicano adopte una agenda pública más disciplinada, en un esfuerzo por mejorar sus números en las encuestas frente a su rival demócrata en las elecciones de noviembre, Joe Biden.
“Creo que es una excelente manera de difundir la información al público”, dijo Trump a los periodistas en la Oficina Oval el lunes. Agregó que espera hablar sobre los avances en la creación de vacunas y terapias para hacer frente al coronavirus.
Las apariciones diarias del mandatario detrás del podio de la sala de prensa de la Casa Blanca se suspendieron a fines de abril, después de que Trump sugirió —erróneamente— que inyectarse un desinfectante tóxico podría ayudar a tratar el coronavirus.
En otra señal de recalibración, Trump tuiteó la noche del lunes una foto de sí mismo usando mascarilla, calificando el acto de patriótico, después de meses de resistirse a ser visto públicamente con cubrebocas por considerarlo un signo de debilidad.
Los asistentes de la Casa Blanca dijeron que aún no se ha finalizado el formato, el lugar y la frecuencia de las próximas apariciones públicas del presidente, pero todo apunta a un cambio evidente de rumbo.
Durante meses Trump hizo poco caso a los ayudantes que le presionaban para que no subestimara el virus y en lugar de eso se centró en la economía y en un terreno más ventajoso políticamente.
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