¿Puede la sangre de personas que sobreviven al coronavirus ayudar a otra gente a combatir la enfermedad?
Doctores en Nueva York pronto pondrán a prueba la idea en pacientes hospitalizados.
La sangre de personas que se han recuperado puede ser una fuente rica en anticuerpos, las proteínas creadas por el sistema inmunológico para atacar al virus. La parte de la sangre que contiene los anticuerpos, el plasma convaleciente, se ha usado durante décadas para tratar enfermedades infecciosas.
David Reich, presidente y director de operaciones del Hospital Mount Sinai, que usará el tratamiento, dijo que sería probado para pacientes hospitalizados que padecían una forma moderada de la enfermedad y tenían problemas para respirar, pero no para aquellos en etapas avanzadas de la enfermedad.
Investigadores en Mount Sinai estuvieron entre los primeros en Estados Unidos en desarrollar una prueba que puede detectar anticuerpos en pacientes en proceso de recuperación, una parte esencial de esta estrategia de tratamiento.
El martes, la Dirección de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés), otorgó permiso para que el plasma sea usado de forma experimental sobre una base de emergencia para tratar a pacientes de coronavirus.
Reich dijo que un correo electrónico en el que le pedía a miembros del personal de Mount Sinai que se habían recuperado que consideraran donar plasma se volvió “un poco viral” y rápidamente atrajo 2 mil respuestas.
Sin embargo, los voluntarios tendrán que ser cuidadosamente filtrados para cumplir con criterios estrictos. Los donadores incluirán a personas que dieron positivo para el virus cuando estuvieron enfermas, se recuperaron, no han tenido síntomas durante 14 días, dan negativo ahora en la prueba y han tenido niveles altos, también llamados títulos, de anticuerpos que combaten al virus. La gente que califique será enviada entonces a centros de sangre para donar plasma.
La gente que se ha recuperado tiene anticuerpos de sobra y quitarle algunos no pondrá en peligro a los donadores ni disminuirá su propia resistencia al virus, dijo Bruce Sachais, director médico del Centro de Sangre de Nueva York.
Se le realizarán pruebas al plasma para asegurar que no sea portador de infecciones o proteínas que pudieran desencadenar reacciones inmunológicas en el receptor.
Indicó que la decisión para probar este enfoque se basaba en parte en reportes de China de que parecía ayudar a pacientes. Pero los reportes no están basados en estudios controlados ni en datos definitivos.
Aunque los hospitales recopilarán información sobre los pacientes que reciban el tratamiento, el procedimiento no se hace como parte de una prueba clínica. No habrá un grupo de placebo o las otras medidas necesarias para determinar si un tratamiento funciona.
“La gente está tan desesperadamente enferma ahora, no es el momento adecuado”, dijo Reich.
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