Tabola.
Estados Unidos registró en los últimos 10 días el primer aumento en lo que va de año de la vacunación contra el COVID-19, ante la nueva ola de contagios impulsada por la subvariante de ómicron BA.2, que ya afecta a más de la mitad de estados y a ciudades como Nueva York y Los Ángeles, según informó la cadena NBC News.
La cifra diaria de personas vacunadas aumentó de cerca de 200,000 inyecciones por día el 30 de marzo a más de 450,000 el 7 de abril, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés). Los mayores de 65 años, los más vulnerables, parecen impulsar esta tendencia.
Este incremento tiene lugar después de que los CDC autorizaran un segundo refuerzo para los mayores de 50 años que hayan recibido la última dosis hace más de cuatro meses. Las autoridades sanitarias no han desglosado los datos de vacunación de los últimos días, así que es imposible saber si el aumento se debió a esa cuarta dosis o a personas que se pusieron el primer refuerzo o se vacunaron por primera vez.
La vacuna cumple además un papel clave para los adultos mayores que tienen un alto riesgo de enfermedad de gravedad y morir ante el COVID-19. Un reciente estudio muestra que la expectativa de vida disminuyó en 2020 en EE.UU. debido a la pandemia, y no se subió en 2021 pese a que ya hay vacuna disponible, al contrario que en otros países desarrollados. El descenso de 2021 afectó sobre todo a las personas blancas, que son las más reticentes a la vacunación y a otras medidas de prevención como mascarillas o distancia social.
La esperanza de vida cayó a 76.6 años en 2021 frente a los 78.9 años de 2019. En 2020, bajó en 1.4 años de media para los blancos frente a 3.7 años para los latinos. En 2021, en cambio, ya con vacuna disponible, bajó en 0.4 años para los blancos pero subió en 0.05 para los latinos, según informó el diario The Washington Post.
Aunque en general los contagios han disminuido un 5% en las dos últimas semanas en Estados Unidos, ya están aumentando de nuevo en más de la mitad de estados, y en particular en Washington DC, New York y Massachusetts, debido a la propagación de la subvariante sigilosa de ómicron, que representa ya casi tres de cada cuatro infecciones del país, según la web informativa Axios.
En Nueva York, las infecciones pasaron de una media diaria de 600 a mediados de marzo a 1,400 a principios de abril. En el mismo período, los contagios se duplicaron en San Francisco.
Expertos en salud consultados por NBC News no ven sin embargo motivo para alarmarse: “No estaría muy preocupado por BA.2”, dijo el doctor Christopher Murray, director del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud, que prevé que esta subvariante mantenga un ritmo bajo de propagación en los próximos meses con la llegada del clima primaveral.
“En este momento, la inmunidad es alta y nos dirigimos al verano, cuando la transmisión tiende a ser un poco más baja”, señaló.
La directora de los CDC, Rochelle Walensky, remarcó este martes que los casos están disminuyendo en general en el país y que la mayoría de los estados viven en áreas con baja propagación.
Animó en cualquier caso a mantenerse al día con la vacunación, sobre todo porque con el paso de los meses pierde eficacia para prevenir los contagios (aunque sigue siendo clave para evitar la hospitalización o muerte), y ante la perspectiva de que pueda aparecer una nueva variante más peligrosa que ómicron BA.2.
“La gente todavía se enfermará, algunas personas terminarán en el hospital y otras morirán, ya sea una ola grande o pequeña”, recalcó Isaac Bogoch, especialista en enfermedades infecciosas de la Universidad de Toronto. La vacuna sigue siendo el mejor remedio.
.