BAMAKO, Mali.
Los soldados que forzaron la renuncia del presidente de Mali, Ibrahim Boubacar Keita, prometieron en la madrugada del miércoles que organizarán nuevas elecciones luego de que su toma de poder fuese condenada rápidamente por la comunidad internacional.
En un comunicado difundido durante la noche por la televisora estatal ORTM, los amotinados que llevaron a cabo el golpe de Estado del martes se identificaron como el Comité Nacional para la Salvación del Pueblo, liderado por el coronel mayor Ismael Wagué.
“Con ustedes, unidos, podemos restaurar este país a su antigua grandeza”, dijo Wagué, quien anunció el cierre de las fronteras y la imposición de un toque de queda entre las 21:00 y las 05:00 horas.
La noticia de la marcha de Keita fue recibida con júbilo por manifestantes antigubernamentales en la capital, Bamako, y con alarma por la expotencia colonial Francia, y por otros aliados y naciones extranjeras.
El Consejo de Seguridad de la ONU programó una reunión a puerta cerrada el miércoles por la tarde para discutir la situación en Mali, donde tiene una misión de paz con 15.600 efectivos.
A Keita, quien fue elegido de forma democrática por una amplia mayoría en 2013 y logró la reelección cinco años más tarde, le quedaban tres años de gobierno. Pero su popularidad se ha desplomado y los manifestantes comenzaron a salir a la calle pidiendo su renuncia en junio.
ECOWAS, el bloque que agrupa a las naciones del Oeste de África, envió mediadores para tratar de negociar un gobierno de unidad, pero el diálogo fracasó cuando quedó claro que los manifestantes no aceptarían menos que la renuncia de Keita.
El martes, los soldados amotinados forzaron la situación rodeando su residencia y disparando al aire. Keita fue detenido junto al primer ministro y más tarde compareció en la televisión estatal. Una banda en la parte baja de la imagen lo identificaba como “presidente saliente”.
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