NUEVA YORK, N.Y.
Apenas días después de que el gobierno de Nueva York le ordenara a la población permanecer en casa, las autoridades se movilizaron el miércoles para combatir un potencial desastre de salud pública. Al establecerse como el mayor foco de infección de coronavirus a nivel nacional, la ciudad se ha convertido en una señal de alarma — e incluso en una lección — para el resto del país.
Se instaló una morgue improvisada a las afueras del Hospital Bellevue, mientras que a la policía de la ciudad, cuyas filas han sido mermadas por el creciente número de infecciones al interior del departamento, se le ha pedido patrullar calles semivacías para hacer valer el distanciamiento social.
Funcionarios de salud pública buscaron obtener camas y suministros médicos, e hicieron un llamado a más médicos y enfermeras por temor de que el número de casos se dispare en cuestión de semanas, abrumando a los hospitales como sucedió en Italia y España. La Universidad de Nueva York se ofreció a permitir que sus estudiantes de medicina se gradúen antes de tiempo para que puedan unirse al frente de batalla.
A nivel mundial, el número de muertos rebasó los 20,000, según un conteo realizado por la Universidad Johns Hopkins. En Estados Unidos, hay cerca de 900 decesos y más de 60,000 infecciones.
Tan sólo en el estado de Nueva York hay más de 30,000 casos y alrededor de 300 fallecimientos, la mayoría de ellos en la ciudad de Nueva York.
El gobernador Andrew Cuomo, en un nuevo llamado de ayuda para lidiar con la pandemia, atribuyó el número de casos al papel que juega la ciudad como acceso a los viajantes internacionales y a su densa población, 8,6 millones de personas que comparten el metro, elevadores, edificios residenciales y oficinas.
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