Cd. de México, México
“Eran personas de diferentes países que buscaban una vida mejor”, dijo, después de referir que mañana se cumplirá justo una década del crimen. “El Señor pedirá cuentas de todos los migrantes caídos en el viaje de la esperanza.
Son todos víctimas de la cultura del descarte”. El Pontífice también expresó su solidaridad con todas las familias que hasta ahora buscan verdad y justicia sobre lo ocurrido. Ayer, frente a la Embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México, activistas colocaron uno de los llamados antimonumentos, para recordar a los 72 migrantes, en su mayoría centroamericanos, que intentaban llegar a aquel país. La estructura, de un “+72” gigante sobre una base en la que se lee: “Migrar es un derecho humano”, fue instalada sobre Paseo de la Reforma. En el acto se ofreció una misa en memoria de las víctimas, y se leyeron los nombres de los migrantes que fueron hallados sin vida.
En la matanza cometida por Los Zetas fueron secuestrados y asesinados 58 hombres y 14 mujeres, la mayoría de países centroamericanos como Honduras, El Salvador y Guatemala, pero también de Ecuador y Brasil, en una casa de San Fernando.
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