Reabren los “jardines flotantes” de México tras coronavirus



CIUDAD DE MÉXICO

Los canales que corren entre los islotes o “chinampas” —un sistema agrícola prehispánico creadas por los aztecas en lo que ahora es el sur de la Ciudad de México— son populares entre los turistas, que disfrutan sus trajineras —botes de fondo plano decorados con flores— y mariachis.

Con el fin de tranquilizar a los visitantes, el gobierno de la demarcación Xochimilco limpió y desinfectó los botes y los embarcaderos, e implementó reglas especiales de higiene, pero asistieron pocos turistas. Eso contrasta con las multitudes que acuden en un buen año, como 2015, cuando aproximadamente 2 millones de personas visitaron los jardines flotantes.

Sin embargo, Xochimilco tiene una característica que podría atraer visitantes: Todos los bares y clubes nocturnos de la Ciudad de México están cerrados debido al coronavirus, por lo que los botes, los jardines flotantes y el mercado podrían ser uno de los pocos lugares en la urbe de casi 9 millones de habitantes en donde los turistas aún pueden beber, además de en su casa.

Con tanta gente confinada en sus viviendas durante meses, hay esperanzas de que muchos residentes de la ciudad querrán ir a Xochimilco y disfrutar el ambiente, así como una “michelada”, una bebida local hecha con cerveza, sal, salsa y limón.

El turismo siempre ha sido muy importante para Xochimilco, donde sus autoridades han pasado apuros para defender las chinampas de la urbanización. La gente construye casas sobre las chinampas, que los aztecas crearon colocando tejidos de caña, cubriéndolos con tierra y plantando árboles u otras plantas para que extendieran sus raíces hasta el fondo del lago poco profundo.

El sector del turismo en México representa el 8,7% del producto interno bruto del país y la pandemia le provocó un daño enorme al obligar a los turistas nacionales y extranjeros a quedarse en casa. La Ciudad de México, que tiene casi 90.000 casos confirmados de coronavirus y unos 10.000 fallecimientos, aún está en el segundo nivel más elevado de alerta.

Mientras empujaba su trajinera por los canales con una pértiga a manera de un gondolero, un barquero hizo notar tristemente que, incluso cuando la gente sienta que es seguro acudir a Xochimilco, muchos residentes de la Ciudad de México podrían ya no tener dinero para visitar debido a la crisis económica desatada por la pandemia.

El gobierno de Xochimilco envió el viernes equipos de trabajadores con trajes protectores a los botes, embarcaderos y mercados circundantes para rociar desinfectante.

El personal que maneja las trajineras está obligado a usar mascarillas y caretas de plástico y con el fin de limitar el tamaño de los grupos, se prohibió la práctica tradicional de atar dos botes para que los pasajeros puedan celebrar fiestas en grupos grandes. Normalmente, los botes pueden llevar unos 20 pasajeros en caso de necesidad, pero ahora sólo están autorizados a transportar a 12 como máximo. La tradición es pedir comida a vendedores que pasan en otros botes, beber y escuchar música de mariachis.

Las trajineras —que portan nombres llamativos como Las Pechugonas, La Cusca, Kimberly Alondra y RoussMerry— sólo podrán operar de las 9 a.m a las 5 p.m. En los mercados de la zona, los puestos de artesanías sólo podrán abrir en forma alternada.

Aunque el tráfico fue ligero el primer día de reactividad, los barqueros, los vendedores de artesanía y los vendedores de comida y bebida dijeron que estaban contentos de volver a trabajar y de tener la oportunidad de ganar algo de dinero.

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