Presidente de México pedirá a Trump deporte a migrantes no mexicanos directamente a sus países de origen.



AP.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, dijo el jueves que pedirá al presidente electo Donald Trump que deporte a los migrantes no mexicanos directamente a sus países de origen, en lugar de abandonarlos en la frontera con México.

La presidenta Claudia Sheinbaum dijo que espera llegar a un acuerdo con Trump para que “manden a la gente que viene de otros países a sus países de origen”.

México, como cualquier otro país, no está obligado a aceptar migrantes no mexicanos, pero ha acordado hacerlo en el pasado reciente, especialmente de países como Cuba y Venezuela, que a menudo rechazan vuelos de deportación desde Estados Unidos, pero pueden aceptarlos desde México.

Los funcionarios mexicanos han dicho que ya están haciendo preparativos si Trump cumple su promesa de llevar a cabo deportaciones en gran escala de migrantes que carecen de los documentos adecuados una vez que asuma el cargo el 20 de enero.

Obviamente, México tiene miedo de dos cosas: las deportaciones en gran escala de ciudadanos mexicanos y la deportación de un gran número de no mexicanos en cruces fronterizos que no están bien equipados para lidiar con ellos.

Los expertos estiman que hay alrededor de 4 millones de mexicanos viviendo en Estados Unidos sin la documentación adecuada. México ya está preparando sus servicios consulares en Estados Unidos con personal adicional para manejar los casos de deportación de sus propios ciudadanos.

Pero los migrantes deportados de terceros países plantean un desafío más espinoso, y podrían incluir un número considerable de haitianos, cubanos y venezolanos.

Entre 2022 y 2023, México acordó aceptar hasta 30.000 migrantes por mes provenientes de Cuba, Haití, Nicaragua y Venezuela, países a los que Estados Unidos tiene dificultades para deportar por razones diplomáticas o políticas. Ese acuerdo está actualmente vigente.

A fines de 2023, Venezuela dijo que México había repatriado a unos 300 migrantes venezolanos en dos vuelos.

Estos retornos suponen una carga económica para el gobierno mexicano, que había ofrecido a algunos de los venezolanos repatriados un estipendio de unos 110 dólares mensuales durante seis meses para ayudarlos a restablecerse en sus países de origen.

Sin embargo, la tarea de encontrar trabajo, alojamiento y transporte para los mexicanos deportados presentaría un desafío aún mayor para México.

La migración ha sido durante mucho tiempo un tema delicado entre ambos países, y se ha vuelto aún más urgente tras la amenaza de Trump de imponer aranceles del 25% a los productos mexicanos a menos que el país haga más para frenar el flujo de migrantes y drogas.

En noviembre, Trump afirmó que Sheinbaum había “acordado detener la migración a través de México” tras una llamada telefónica entre los dos líderes. Sheinbaum, por su parte, sugirió que México ya estaba haciendo su parte y no tenía interés en cerrar sus fronteras.

“Reiteramos que la posición de México no es cerrar fronteras sino construir puentes entre gobiernos y entre pueblos”, dijo entonces Sheinbaum.

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