PEÑA NIETO ADVIERTE: MÉXICO NO PERMITIRÁ INGRESO VIOLENTO DE MIGRANTES.



El presidente Enrique Peña Nieto advirtió que México no permite ni permitirá el ingreso a su territorio de manera irregular, mucho menos de manera violenta.

Mediante un mensaje en redes sociales, dijo que “el ingreso violento al país no sólo atenta contra nuestra soberanía, también pone en riesgo a los propios migrantes, especialmente niños, niñas, mujeres y adultos mayores”.

Al referirse a los hechos registrados este viernes en la frontera sur del país, cuando un contingente de migrantes intentó ingresar de manera irregular, condenó que se haya lastimado a elementos de la Policía Federal, quienes en estricta observancia del protocolo de derechos humanos se encontraban desarmados.

Destacó que con base en el marco legal los elementos de seguridad federales contuvieron a ese contingente y restablecieron las condiciones de orden.

Detalló que los integrantes de esa caravana, quienes viajan desde el sur del continente, podrán solicitar el ingreso por las vías que establecen las leyes mexicanas y el derecho internacional.

Agregó que las secretarías de Gobernación y de Relaciones Exteriores tienen la indicación de mantener el diálogo con la caravana con el fin de garantizar condiciones de seguridad y una migración ordenada, respetuosa del marco legal y de los derechos humanos.

Esas dependencias, añadió, informaron que toda persona que deseara ingresar al territorio nacional podría hacerlo siempre y cuando contara con documentos de viaje y una visa concedida por México.

Además, se informó que toda persona que desee ingresar al país podrá solicitar de manera individual el reconocimiento como refugiado, para lo cual se solicitó de manera formal el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

En esos términos inició el ingreso ordenado de decenas de personas que fueron atendidas por personal de Migración; sin embargo, se presentó esta “situación inédita” en el paso fronterizo ubicado entre Ciudad Hidalgo, Chiapas, y Tecún Umán, Guatemala, en donde el contingente quiso ingresar de manera irregular.

Este viernes decenas de migrantes rompieron el cerco que se mantenía dispuesto en la frontera entre Guatemala y México en punto de la 1 de la tarde.

Tras empujar repetidas veces, los migrantes lograron abrir una reja en el puente fronterizo que cruza el río Suchiate. Sin embargo, cientos de policías mexicanos con equipo antimotines les impedían el paso, según mostraban imágenes de televisión.

Cantando el himno de Honduras y levantando a sus hijos en brazos, los migrantes solicitaban el paso a las autoridades migratorias mexicanas. Algunos lanzaron piedras y al menos dos policías resultaron con heridas menores.

En el lado mexicano de un puente fronterizo, fueron recibidos por una falange de policías con escudos antidisturbios. Unos 50 lograron abrirse paso antes de que los oficiales lanzaran spray de pimienta y el resto se retirara.

Las puertas se cerraron de nuevo y la policía usó un altavoz para dirigirse a las masas y dijo: “Necesitamos que detengan la agresión”.

El jefe de la policía federal mexicana, Manelich Castilla, hablando desde la ciudad fronteriza de Ciudad Hidalgo, dijo a Foro TV que sus fuerzas lograron su principal objetivo de prevenir una violación violenta de más de 3,000 migrantes. En una entrevista aparte con la televisión Milenio, acusó a personas que no forman parte de la caravana de atacar a la policía con petardos y piedras.

Castilla pidió a los migrantes, a través de un megáfono, que “desistan de las agresiones” para proceder a un “ingreso ordenado”.

El caos se calmó un poco cuando los migrantes formaron líneas en una masa de humanidad que se extendía por el puente. Algunos regresaron al lado guatemalteco para comprar agua y comida.

Mientras Castilla hablaba con la prensa, algunos migrantes se lanzaron al río Suchiate en busca de llegar a México en balsas improvisadas.

Los migrantes organizaron una brigada de cuerdas para vadear sus aguas fangosas, y algunos flotaron en balsas operadas por residentes locales que generalmente cobran un dólar o dos para hacer el cruce.

Los migrantes recorrieron más de 400 kilómetros para llegar a la frontera con México y aún les falta mucho más para llegar a su destino, la frontera con Estados Unidos, huyendo de la violencia y pobreza.

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