Luego que el pasado martes en Matamoros se anunció que habían adelantado el pase de migrantes mexicanos a presentar su solicitud de asilo humanitario en Estados Unidos, este miércoles se supo que se dio reversa a dicha instrucción y que más de 50 familias seguirán esperando en el lado mexicano de la frontera a ser llamados.
Gladys Edith Caña, presidenta de la fundación Ayudándoles a triunfar, quien ha llevado apoyo a los migrantes extranjeros y nacionales desde que inició el fenómeno de las caravanas y los campamentos, dijo saber que a las familias fueron rechazadas por falta de espacio.
Mencionó que eso fue lo que ellos mismos le refirieron. Detalló que lo más seguro es que las primeras familias hayan sido llevadas hacia un centro de detención y por ello se acabó el cupo, sin embargo también podría haber otras opciones, como un albergue o inclusive, que se les diera un permiso para quedarse en aquel país hasta que se desahoguen sus audiencias en la Corte.
La activista dijo que no se cuenta con información por parte de las autoridades norteamericanas, pero es un hecho que por lo menos las primeras 52 familias que ingresaron sí se quedaron allá, quienes salieron de estados como Chiapas, Michoacán y Oaxaca huyendo de la violencia y la pobreza que aqueja a sus comunidades.
El pasado martes se informó que en la madrugada entró un primer grupo de 52 familias, es decir cerca de 140 personas, que estaban en la lista de espera y permanecían en el campamento instalado a unos metros del Puente Internacional Nuevo, quienes podrán llevar el seguimiento de su trámite en el territorio norteamericano.
Sin embargo, también había un segundo grupo, en el que irían 57 familias más, el cual iba a ser llamado a comparecer en el transcurso del martes, pero no fue así. Únicamente los primeros pudieron entrar y a los demás se les pidió que siguieran esperando en México.
Como se informó anteriormente, en el transcurso de la mañana de este martes se propagó la versión de que ellos habían sido desalojados por el Instituto Nacional de Migración (INM), pues migrantes de otros países que también están en el campamento afirmaron que el personal de esa dependencia acudió a romper las casas de campaña para que nadie más pudiera utilizarlas.
Más tarde se aclaró que los mismos mexicanos estuvieron entregando las tiendas que les fueron donadas por grupos voluntarios las cuales igualmente les fueron donadas junto con otras ayudas, como ropa, zapatos y productos de higiene personal, muchos de los cuales quedaron abandonados en el bordo del río Bravo, ya que no pudieron llevarse todo en el equipaje.
Enrique Maciel Cervantes, delegado regional del Instituto Tamaulipeco para los Migrantes informó que, por medio de los mecanismos establecidos con las autoridades del lado americano con el INM, se pudo supo la decisión de dejar pasar a todas las familias mexicanas que estuvieran en la lista de espera para pedir asilo humanitario.