CIUDAD DEL VATICANO
Las disparidades surgieron en los lugares de trabajo, en escuelas y en los programas gubernamentales para abordar el impacto económico de la crisis de salud, apuntó el pontífice argentino.
Francisco destacó que no todo el mundo puede trabajar desde su casa, que la escuela se ha “interrumpido de forma abrupta” para algunos niños pero continúa para otros, y que aunque “algunas naciones poderosas pueden emitir más dinero para abordar la crisis” esto significaría “hipotecar el futuro de otros”.
“Estos síntomas de desigualdad revelan una enfermedad social. Es un virus que procede de una economía enferma. Este es el fruto de un crecimiento económico desigual que ignora los valores humanos fundamentales”, manifestó el papa.
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