Muro puesto por Trump en la frontera con México provocó daños culturales y ambientales, según informe.



EFE.

El muro construido bajo la administración del expresidente estadounidense Donald Trump en la frontera con México provocó daños en terrenos tribales y tuvo también un impacto medioambiental negativo, concluyó este jueves la Oficina de Supervisión del Gobierno (GAO).

Esa agencia no partidista de vigilancia recordó en su informe que, entre enero de 2017 y enero de 2021, los Departamentos de Seguridad Nacional y de Defensa, junto con el servicio de aduanas, instalaron unos 737 kilómetros de barrera.

El 81% de la nueva estructura reemplazó barreras ya existentes, pero apostó por hacerlas más estrechas para impedir al máximo el cruce de peatones. Hasta entonces, la mitad del muro erigido estaba diseñado para bloquear el paso de personas y la otra mitad para frenar el paso de vehículos, con mayor espacio entre los postes.

La GAO apuntó que la barrera levantada entre 2017 y 2021 para minimizar los obstáculos burocráticos —el 62% de ella sobre tierras bajo gestión federal— provocó daños en enclaves culturales y recursos acuíferos y perjudicó también a especies en peligro.

Miembros de la tribu Tohono O’odham explicaron por ejemplo, que resultó dañado en parte Monument Hill, un lugar que otras tribus y los Hia-C’ed O’odham, ancestros de los Tohono O’odham, usaban tradicionalmente para ceremonias religiosas.

La barrera provocó también alteraciones en el flujo del agua natural. Según el estudio, hay una correlación entre la reducción de la presión del agua y el uso de agua para la construcción de la instalación.

La nueva barrera más estrecha, según se añadió, también afectó a la vida salvaje de la zona. Aunque algunas partes tenían en la base aperturas para que cruzaran animales pequeños, no eran lo suficientemente amplias como para que pasaran otros más grandes, como los lobos.

La limpieza del terreno para la construcción de la barrera dañó la vegetación nativa, y en alguna zona montañosa provocó erosión.

La GAO destacó que aunque el Departamento de Seguridad Nacional había alertado del efecto que podría llegar a provocar, trabajadores federales y otras partes implicadas alegaron no haber recibido información suficiente al respecto y no se respetaron leyes federales, medioambientales y otras para avanzar más rápido.

Cuando la administración de Joe Biden frenó la edificación del muro a su llegada al poder en enero de 2021, la cancelación de los contratos exacerbó algunos de los problemas, porque los proyectos se quedaron abandonados tal cual estaban.

La GAO instó a implementar una estrategia para mitigar el daño cultural provocado y a identificar el coste y el tiempo necesario para ponerla en marcha. Asimismo, pidió evaluar el peligro que plantean para las comunidades locales las construcciones incompletas.

Sus recomendaciones incluyen identificar el impacto a largo plazo de los efectos sobre los recursos culturales y naturales y afrontarlos, y consultar con las tribus locales toda acción que tenga repercusiones sobre esas comunidades.

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