MUCHOS MIGRANTES HAITIANOS SON LIBERADOS EN EU.



(AP).

Tres horas después de que fueron liberados de un enorme campamento para migrantes ubicado debajo de un puente internacional, Mackenson Veillard se encontraba afuera de una gasolinera sin poder creer su golpe de buena suerte mientras él y su esposa esperaban a tomar un autobús Greyhound que los llevara a San Antonio, donde vive uno de sus primos.
La pareja acampó junto a miles de inmigrantes más durante una semana bajo el puente de Del Río, Texas, donde dormían sobre el concreto y sobrevivían de pan y agua embotellada.
“Me sentía muy estresado”, dijo Veillard, de 25 años. “Pero ahora me siento mejor. Es como empezar una nueva vida”.
Muchos de los migrantes haitianos en Del Río están siendo liberados en Estados Unidos, dijeron el martes dos funcionarios estadounidenses, a pesar de las declaraciones públicas del gobierno de Joe Biden de que las miles de personas asentadas en la zona enfrentaban una expulsión inmediata.
Los haitianos han sido dejados en libertad “a una escala muy, muy grande” en los últimos días, según un funcionario que situó la cifra en miles. La fuente, con conocimiento directo de las operaciones, habló el martes bajo condición de anonimato porque no estaba autorizada a tocar el asunto públicamente.
Muchos han quedado libres con notificaciones para reportarse ante un agente de inmigración en un plazo de 60 días, una solución que requiere menos tiempo de procesamiento para los agentes de la Patrulla Fronteriza que ordenar una comparecencia ante una corte migratoria, y es una clara muestra de la velocidad con la que se están moviendo las autoridades, apuntó el funcionario.
Las liberaciones se producen a pesar de los enormes esfuerzos para expulsar a los haitianos vía aérea en apego a una norma relacionada con la pandemia y que les niega a los migrantes la oportunidad de pedir asilo. Un tercer funcionario federal que no estaba autorizado a discutir las operaciones señaló que se tenían planeados siete vuelos diarios hacia Haití a partir del miércoles.
De domingo a martes llegaron a Haití 10 vuelos planeados para 135 pasajeros cada uno, según las autoridades haitianas, que no dieron a conocer un conteo completo pero aclararon que en seis de esos vuelos llegaron un total de 713 migrantes.
El campamento albergó a más de 14.000 personas durante el fin de semana, según algunos estimados. Durante una visita al lugar el martes, el gobernador de Texas, Greg Abbott, dijo que el máximo funcionario del condado le informó que el conteo más reciente era de alrededor de 8.600 migrantes. Las autoridades federales se han negado a revelar el número de personas que han sido liberadas dentro del país en los últimos días.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS por sus siglas en inglés) ha estado trasladando a los haitianos en autobús desde Del Río hacia El Paso, Laredo y Rio Grande Valley, a lo largo de la frontera de Texas, y esta semana incluyó vuelos a Tucson, Arizona, explicó la fuente. Los migrantes están siendo procesados por la Patrulla Fronteriza en esos puntos.
Los criterios para decidir quiénes son deportados a Haití y quiénes son liberados en suelo estadounidense siguen siendo un misterio, pero los dos funcionarios apuntaron que la prioridad para los vuelos de expulsión eran los adultos solos. Si el manejo previo de solicitantes de asilo es de alguna referencia, esmás probable que el gobierno libere a aquellos considerados como vulnerables, incluyendo a mujeres embarazadas, familias con niños pequeños y personas con problemas de salud.
El gobierno de Biden exenta a los menores sin compañía de un adulto de los vuelos de repatriación por motivos humanitarios
Wilgens Jean y su esposa, Junia Michel, esperaron esta semana en Del Río a que sus familiares les enviaran 439 dólares para comprar los boletos de autobús hacia Springfield, Ohio, donde vive el hermano de Jean. Michel, quien está embarazada, se resguardaba del calor abrasador bajo la pequeña sombra que había en el estacionamiento. Lo único que pidió fue bloqueador solar, el cual esparció suavemente sobre su vientre.
Sobre el concreto, frente a ellos, había dos mochilas y una bolsa negra de plástico con todas las pertenencias de la pareja. Salieron de Haití en abril y permanecieron en el campamento de Del Río por cinco días. Jean dijo que fueron liberados del campamento el lunes porque su esposa está embarazada.
“Llegué cruzando el río”, dijo Jean. “Inmigración me dio un boleto”.
El sistema es una “caja negra”, dijo Wade McMullen, abogado del Centro Robert F. Kennedy para la Justicia y los Derechos Humanos. “En este momento, no tenemos ningún acceso oficial para entender qué procesos se están llevando a cabo, qué protecciones se les brindan a los migrantes”.
Los relatos de liberaciones masivas —algunas presenciadas por reporteros de The Associated Press en la estación de autobuses de Del Río— contradicen las declaraciones realizadas la víspera por el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, quien viajó a la ciudad y prometió una respuesta rápida.
“Si vienes a Estados Unidos de forma ilegal, serás deportado, tu viaje no tendrá éxito y estarás poniendo en peligro tu vida y la de tu familia”, afirmó Mayorkas en una conferencia de prensa el lunes.
El DHS, en respuesta a solicitudes de comentarios sobre las liberaciones en territorio estadounidense, dijo el miércoles que los migrantes que no son enviados de regreso inmediatamente a Haití podrían quedar detenidos o ser puestos en libertad con una notificación para comparecer ante una corte de inmigración o para reportarse ante un funcionario de inmigración, dependiendo del espacio de custodia disponible.
“El gobierno de Biden ha reiterado que nuestras fronteras no están abiertas, y las personas no deberían realizar este peligroso viaje”, indicó la agencia en un comunicado. “Los individuos y familias están sujetas a las restricciones fronterizas, incluyendo la expulsión”.
En tanto, México ha comenzado a retirar por vía terrestre y aérea a los migrantes haitianos acampados en la frontera con Estados Unidos, informaron las autoridades el martes, lo que representa un nuevo nivel de apoyo a Washington, toda vez que el enorme campamento se erige como un desafío humanitario y político para Biden.
La Casa Blanca es objeto de fuertes críticas de ambos partidos. Los republicanos afirman que las políticas del gobierno de Biden llevaron a los haitianos a creer que se les daría asilo. Los demócratas, por su parte, expresan su indignación después que esta semana se viralizaron imágenes de agentes de la Patrulla Fronteriza a caballo que utilizaban tácticas agresivas contra los migrantes.
Los inmigrantes han descrito un proceso selectivo en el campamento en el que las personas reciben boletos de colores para cuatro categorías: Hombres solos, mujeres solas, mujeres embarazadas y familias con hijos pequeños, comentó McMullen. La gran mayoría de los inmigrantes que él y otros activistas han entrevistado y que han sido liberados en territorio estadounidense han sido familias con niños pequeños y mujeres embarazadas.
Alrededor de 200 migrantes fueron liberados el lunes en Del Río. Unos 50 de ellos, en su mayoría haitianos y muchas mujeres embarazadas o con niños pequeños, abordaron un autobús rumbo a Houston, desde donde se trasladarían vía aérea a distintos puntos del país. El colectivo Val Verde Border Humanitarian Coalition organizó el alquiler del autobús y les entregó a los inmigrantes un almuerzo con sándwich y galletas.
Después de llegar inicialmente con su familia a San Antonio, Veillard espera que eventualmente pueda llegar a la ciudad de Nueva York para vivir con su hermana. Aceptará cualquier trabajo que pueda encontrar para mantener a su creciente familia.
Veillard y su esposa salieron de Haití hace cuatro años y habían estado viviendo en Brasil, hasta que comenzaron su viaje hacia Estados Unidos en junio pasado, recorriendo buena parte del trayecto a pie.
“No sé cómo me sentiré mañana, pero en este momento me siento afortunado”, manifestó.
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Verza informó desde Ciudad Acuña, México, y Spagat desde San Diego. Los periodistas de The Associated Press Dánica Coto en San Juan, Puerto Rico, y Evens Sanon en Puerto Príncipe, Haití, contribuyeron a este despacho.

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