EFE.
México requiere construir al menos 800 mil viviendas anuales y combatir la informalidad en el sector, para atender un déficit de 2.2 millones de hogares que cada año va aumentando, de acuerdo con el estudio “Enfrentar el desafío de la vivienda en América Latina”, del Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT, por su sigla en inglés) y la firma La Haus.
El documento, elaborado por el Laboratorio de Economía del MIT, describe que para resolver la brecha de vivienda en México, se necesita la construcción de 800 mil unidades nuevas al año, aumentar la inversión en construcción en 1% del PIB y enfrentar el fenómeno de la vivienda informal.
El estudio explica que en Latinoamérica hay 100 millones de personas que habitan viviendas precarias “y uno de los retos es combatir la informalidad al construirlas”.
En México, relata el documento, durante septiembre se registraron temblores que pusieron en evidencia casos de inmuebles con “vicios de construcción” que ponen en riesgo la integridad de los mismos “y sobre todo de sus habitantes”.
“México está construyendo las casas necesarias, pero mucha construcción ocurre informalmente, sin un permiso oficial, sin infraestructura adecuada, y a veces sin los parámetros mínimos de seguridad en tipo de vivienda, materiales y servicios. El sector formal de construcción de vivienda debería expandirse en un 30%, a costa de reducir la autoconstrucción”, describió Albert Saiz, profesor de Planeación Urbana en el MIT.
La Haus detalla que entre los problemas del sector vivienda que enfrentan países como Colombia y México, están el crecimiento económico lento, la alta desigualdad de ingresos y el acceso insuficiente al financiamiento hipotecario, que dificultan la adquisición de una vivienda formal de calidad.
Jerónimo Uribe, CEO y cofundador de La Haus, concretó que en el estudio se establece que uno de los retos es el de la tierra, en el que las densidades promedio nacionales actuales (0.5 Coeficiente de Ocupación de Suelo), se necesitarían más de 120 mil hectáreas de tierra parcelada en los próximos 20 años en sólo ocho de las ciudades más grandes de México, “un área equivalente al 6% de El Salvador”.
“Estas magnitudes son probablemente inviables, con lo cual el desarrollo urbano y la política pública deben recurrir a densidades más altas, y utilizar terrenos no aprovechados”, detalló el experto.
El estudio muestra que pueden “producir una cantidad sustancial de viviendas de manera sostenible en edificios de 3 a 6 pisos de altura. Esta tipología se puede diseñar de manera estéticamente agradable, lo que ayuda a obtener el apoyo popular para la reurbanización”, añadió.
“Estamos apoyando este estudio, en primer lugar porque justamente la falta de datos y de información es una de las grandes barreras para resolver el problema de vivienda. Evidenciar la brecha y sus causas, es el primer paso para establecer planes para cerrarla, y eso tiene como objetivo último mejorar la calidad de vida de la población”, concluyó Uribe.
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