La Opinión.
Las fotografías que muestran 68 orificios en la piel: cuello, cara, brazos y espalda, representan el vestigio real y cruel del martirio al que fue sometido Moisés Padilla, un hombre de origen mexicano, tras ser secuestrado y torturado por esbirros del difunto exlíder espiritual Samuel Joaquín Flores, padre de Naasón Joaquín García, convicto de abuso sexual de menores tanto en México como en Estados Unidos.
Cuando tenía entre cinco y 10 años Padilla fue testigo de cómo Samuel Joaquín Flores tenía un sequito de mujeres hermosas y niños bien parecidos.
“Me llamó la atención ver que una figura eclesiástica siempre estaba rodeada de niñas y niños en su casa”, narra Padilla, a La Opinión. “Para 1982 me di cuenta de que toda la familia de Samuel Joaquín Flores estaba llena de perversidad”.
Los señalamientos de agresión sexual contra menores a lo largo de casi un siglo apuntan al fundador de la iglesia no trinitaria “Iglesia del Dios Vivo Columna y Apoyo de la Verdad”, Eusebio Joaquín González, quien se hizo llamar “Aarón”.
Eusebio Joaquín González fue señalado en 1935 de presuntamente violar a la niña Guadalupe Avelar, cuando ella tenía 11 años, y procrear un hijo con ella, Abel Joaquín. Pero el hecho no se investigó.
Su hijo, Samuel Joaquín Flores, padre de ocho hijos: Benjamín, Israel, Azael, Rahel, Naasón Merarí, Betzabé, Uzziel, le sucedió como “Apóstol”. Samuel Joaquín fue acusado de haber agredido sexualmente a Moisés Padilla, en 1996.
“El apóstol” agresor sexual, secuestro y tortura
“Yo tenía 16 años”, recordó Padilla. “El supuesto apóstol de Dios cumplió el rol de hembra”.
Según el recuento de Moisés Padilla, Samuel Joaquín Flores lo llevó a una casa que tenía en Puerto Vallarta, Jalisco.
“El suceso ocurrió en el rio Mismaloya; es un río que desemboca en el mar”, expresó Padilla. “Yo fui obligado a penetrarlo. No tenía otra opción. Había que acceder a sus peticiones, porque de lo contrario mis padres me hubieran corrido de la casa a temprana edad y me hubieran desterrado para siempre de toda la familia. Eso es lo que ha pasado con todas las víctimas que denuncian los abusos dentro de La Luz del Mundo”.
Padilla tenía 30 años cuando denunció en cadena nacional a Samuel Joaquín Flores, en el programa Detrás de la Noticia en Televisa, en febrero de 1998.
“(Samuel Joaquín Flores) se acercó, metió su mano en el frente del cierre de mi pantalón”, dijo.
El proceso judicial de su denuncia nunca prosperó. Los nexos políticos en el estado de Jalisco y en el gobierno federal, además de las contribuciones económicas de los lideres de La Luz del Mundo impidieron cualquier investigación.
“Tengo los documentos de cuando presentamos nuestra denuncia y de cuando intenté interponer una demanda en la Procuraduría de Justicia del Estado de Jalisco, la fecha, la hora, tengo las evidencias de que el gobierno de México nunca hizo nada”, rememoró Padilla.
“Incluso intentamos poner una demanda la Secretaría de Gobernación, pero se nos negó toda ayuda e incluso, nunca iniciaron una carpeta de investigación”, dijo.
Su búsqueda de justicia terminó mal. Le sobrevino un secuestro e intento de asesinato, en 1997
Padilla fue torturado. Sus captores le asestaron 68 puñaladas.
Lo llevaron a un rancho a las orillas de Guadalajara. Específicamente en la ciudad de Tomalá.
“Ahí fue donde procedieron a torturarme”, recordó. “Pensé que iba a morir. Sentía los impactos de un objeto filoso, en la espalda y los costados, y cuando aflojé el cuerpo, pensaron que estaba muerto”.
Abandonado a su suerte, cuando recuperó la conciencia, Padilla pudo caminar hasta una carretera donde fue rescatado e internado en un hospital de Guadalajara.
¿Por qué no terminaron de matarte?, se le pregunto.
“En realidad sí lo lograron. Yo tuve una muerte temporal y me siento muy feliz de poder haber tenido esa experiencia. He platicado con neurocirujanos que están interesados en este fenómeno que hay detrás de la muerte”.
“A través de escáneres han logrado determinar científicamente qué existe detrás de la muerte”, agregó. “Prácticamente yo fui asesinado. Ese es mi testimonio. Tuve una muerte temporal y tuve la dicha de poder regresar, gracias a Dios para dar testimonio de quiénes son estos perversos de La Luz del Mundo”.
Aumentan lasamenazas de muerte
Con su vuelta a la vida, el peligro se duplico y Moisés Padilla tuvo que emigrar hacia Los Ángeles, California.
Miembros de La Luz del Mundo se enteraron de que había sobrevivido y se incrementaron las amenazas de muerte.
“Yo no hui de México, porque no soy ningún criminal; hasta ahora no he cometido ningún delito en Estados Unidos, ni mucho menos en México”, afirmó Padilla. “Tuve que salir de mi patria para salvaguardar mi propia vida”.
En 1998, Moisés Padilla comenzó a trabajar en la industria de la construcción y posteriormente fundó su propia compañía.
En 2000 sometió una petición de asilo político en Estados Unidos, basado en persecución religiosa. El proceso tardo entre tres o cuatro años y actualmente es ciudadano estadounidense.
Pero, antes de naturalizarse en Estados Unidos, recibió ofertas de asilo en España, Italia, Portugal y Francia.
Padilla se decidió por Estados Unidos, por una sencilla razón: quería que en este país quedara constancia de las vejaciones a que son sometidos los miembros de La Luz del Mundo, principalmente las víctimas de presuntos abusos sexual por parte de dirigentes, obispos, ministros y diáconos de esa iglesia.
“Yo tuve que agradecer a esos países la oferta que me ofrecieron. No quería irme tan lejos, porque sabía que la olla iba a explotar”, subrayó Padilla.
Numerosas investigaciones contra el culto
Se refería al encarcelamiento en 2022 de Naasón Joaquín García, quien fue sentenciado a casi 17 años de prisión, por haber agredido sexualmente a tres niñas, y a la investigación federal contra la organización religiosa basada en Guadalajara, México., por sus presuntos vínculos con el Cartel Jalisco Nueva Generación (CNJG).
De acuerdo con Mike Vigil, exjefe de operativos internacionales de la Agencia de Drogas Estadounidense (DEA), existe un expediente contra la iglesia y el grupo criminal que lidera Nemesio Oseguera Cervantes, alias “El Mencho”. A cambio de protección, la iglesia ayudaría a los criminales con el lavado de dinero.
Y, en enero de 2024 , la oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI) en Nueva York inició un nuevo proceso contra el hoy sentenciado Naasón Joaquín García, líder de La Luz del Mundo, por haber obtenido recursos de origen no comprobable.
Naasón Joaquín García, además, está en la mira de agentes de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional en Nueva York (HSI) por posibles delitos de lavado de dinero. Es investigado, también, por presuntos casos de trata de personas con fines de explotación sexual.
Moisés Padilla comentó que, si bien su agresor Samuel Joaquín Flores nunca pisó la cárcel ni tampoco fue citado judicialmente, pero su hijo Naasón sí, que está detrás de las rejas, es un indicativo de que los miembros de La Luz del Mundo “están despertando a la realidad de los abusos que hay allí”.
“Hay familias completas que han abandonado el culto, pero hay otras completamente divididas, donde uno de los cónyuges sigue y el otro se tiene que quedar por no perder a su familia, evitar un divorcio, no hacer separaciones de bienes o que los llamen hijos del diablo que se van a condenar”, subrayó Moisés Padilla.
“Si uno de los que viven en la Hermosa Provincia que, por ejemplo, tiene una panadería y delata a los agresores sexuales, ellos de inmediato le llaman apostata, le avergüenzan en la comunidad y lo destierran para siempre”, dijo. “Esa iglesia se está desmoronando poco a poco; sus templos están cada vez más vacíos y la credibilidad de la fe que profesan está por los suelos”.
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