Lagunas en cuarentenas requieren más esfuerzos contra brotes



BRISBANE, Australia.

Un estado australiano endureció los castigos para quienes violen la cuarentena contra el coronavirus, incluyendo penas de hasta seis meses de cárcel para los infractores, una advertencia que sigue al aumento de los casos en todo el mundo y del incumplimiento de unas restricciones ahora más duras.

Las multas actuales para quienes se salten la cuarentena obligatoria de 14 días en un hotel para algunos visitantes o mientan sobre su paradero “parecen no ser suficiente” en algunos casos, dijo el viceprimer ministro de Queensland, Steven Miles.

Con sanciones económicas más altas y una posible condena de prisión de seis meses, “Espero que esto demuestre a la población lo serios que somos sobre el cumplimiento de estas medidas”, agregó Miles.

Queensland cerró sus fronteras para contener de forma efectiva el brote de coronavirus, pero hace dos semanas que las reabrió para todos salvo para los residentes en Victoria, la región más afectada de Australia.

La ciudad de Melbourne, en Victoria, registró 270 nuevos contagios, para elevar el total de casos activos en el estado por encima de los 4.000. Melbourne cumplió una de las seis semanas de aislamiento decretadas por las autoridades para frenar los rebrotes.

Expertos en salud han advertido que los brotes que se habían controlado con aislamiento u otras formas de distanciamiento social podrían repuntar de nuevo si se aliviaran las precauciones.

Responsables de Disney anunciaron que Hong Kong Disneyland Park quedará cerrado el miércoles hasta nuevo aviso luego de que la ciudad decidió prohibir las reuniones públicas de más de cuatro personas para luchar contra la propagación del virus.

La líder del territorio semiautónomo chino, Carrie Lam, anunció las nuevas restricciones el lunes luego de que 41 de los 52 nuevos casos fuesen de transmisión local. Hong Kong ha confirmado 250 nuevas infecciones desde el 6 de julio. Lam pidió a las empresas privadas que faciliten el teletrabajo a sus empleados.

En Tailandia, donde no se han reportado casos de transmisión local desde hace siete semanas, las autoridades de salud se apuraban para rastrear los contactos de dos extranjeros que llegaron recientemente al país infectados y que podrían haber violado la cuarentena.

El nuevo coronavirus, que se detectó por primera vez en China a finales del año pasado, ha infectado a 13,1 millones de personas en todo el mundo, con más de 573.000 decesos, según un conteo de la Universidad Johns Hopkins. Se cree que las cifras reales son mucho más elevadas por la falta de pruebas diagnósticas y por el número de personas que no presentan síntomas.

India, el tercer país más afectado del mundo, se acercaba rápidamente al millón de infectados luego de reportar más de 28.000 nuevos contagios el martes, para un total de 906.000, de los cuales más de 100.000 se registraron en apenas cuatro días. La cuarentena decretada en todo el país prácticamente ha terminado, pero los recientes brotes han hecho que varias grandes ciudades reinstauren restricciones temporales.

Los altibajos en el avance de la pandemia han hecho que los gobiernos se esfuercen por controlar los nuevos focos mientras tratan de salvar sus economías de la devastación de los largos confinamientos y las restricciones de viaje.

Sudáfrica reforzó sus medidas prohibiendo la venta de alcohol, obligando a llevar mascarilla en espacios públicos y decretando un toque de queda nocturno, mientras que un repunte de los casos colocó a la nación entre las 10 más afectadas del mundo con cerca de 300.000 infecciones confirmadas, según el conteo de Johns Hopkins.

En Estados Unidos, los rebrotes han llevado a las autoridades a exigir el uso de mascarillas y a cerrar bares y algunos otros negocios de nuevo para tratar de controlar la pandemia.

El gobernador de Hawai demoró en un mes más los planes para eliminar la cuarentena obligatoria de 14 días para viajeros de fuera del estado que hayan dado negativo al COVID-19.

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