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La Cámara de Representantes votó el jueves por un estrecho margen para recortar alrededor de 9.400 millones de dólares en gastos ya aprobados por el Congreso, mientras el gobierno del presidente Donald Trump busca dar seguimiento al trabajo realizado por el Departamento de Eficiencia Gubernamental cuando era supervisado por Elon Musk.
El paquete afecta a los programas de ayuda exterior y a la Corporación para la Radiodifusión Pública (CBP), que financia la Radio Pública Nacional y el Servicio Público de Radiodifusión (SPRS), así como a miles de emisoras de radio y televisión públicas de todo el país. La votación fue de 214 a 212.
Los republicanos califican el gasto de derrochador e innecesario, pero los demócratas dicen que las rescisiones están dañando la reputación de Estados Unidos en el mundo y conducirán a muertes innecesarias.
“La crueldad es el punto”, dijo el líder demócrata Hakeem Jeffries de Nueva York sobre los recortes de gasto propuestos.
La administración Trump está empleando una herramienta poco utilizada en los últimos años que le permite al presidente solicitar al Congreso la cancelación de fondos previamente asignados. Esto activa un plazo de 45 días durante el cual los fondos quedan congelados a la espera de la decisión del Congreso. Si el Congreso no actúa dentro de ese plazo, el gasto se mantiene.
“Bajo el liderazgo del presidente Trump, el dinero de sus contribuyentes ya no se desperdicia”, declaró el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, tras la votación. “En cambio, se está destinando a prioridades que realmente benefician al pueblo estadounidense”.
La ventaja para la administración de una solicitud formal de rescisión es que su aprobación solo requiere una mayoría simple en el Senado de 100 miembros, en lugar de los 60 votos que suelen requerirse para aprobar los proyectos de ley de gastos en esa cámara. Por lo tanto, si se mantienen mayoritariamente unidos, los republicanos podrán aprobar la medida sin ningún voto demócrata.
El líder de la mayoría del Senado, John Thune, RS.D., afirmó que el Senado probablemente no abordará el proyecto de ley hasta julio, después de haber tratado el importante proyecto de ley de impuestos e inmigración de Trump. También indicó que es posible que el Senado modifique el proyecto de ley.
La administración está comparando el primer paquete de rescisiones con un caso de prueba y dice que podría haber más en camino si el Congreso da el visto bueno.
Los republicanos, sensibles a la preocupación de que el amplio proyecto de ley fiscal y de inmigración de Trump aumente los déficits federales en el futuro, están ansiosos por demostrar disciplina presupuestaria, aunque los recortes del paquete representan solo una pequeña parte del gasto aprobado por el Congreso cada año. Apuestan a que los recortes resulten populares entre los electores que se alinean con la ideología de “Estados Unidos primero” de Trump, así como entre quienes consideran que NPR y PBS tienen un sesgo liberal.
Cuatro republicanos votaron en contra de la medida: los representantes Mark Amodei de Nevada, Brian Fitzpatrick de Pensilvania, Nicole Malliotakis de Nueva York y Mike Turner de Ohio. Ningún demócrata votó a favor.
El proyecto de ley parecía estar en peligro de ser aprobado, pero dos legisladores, los representantes Don Bacon de Nebraska y Nick LaLota de Nueva York, cambiaron sus votos a sí, lo que le permitió avanzar al Senado.
LaLota mantuvo una extensa conversación con Johnson en el pleno de la Cámara, donde se le vio intentando convencerlo. Después, LaLota calificó las conversaciones como “privadas” para asegurarse de que “mis electores recibieran lo que necesitaban”.
Bacon afirmó que los líderes republicanos de la Cámara de Representantes le aseguraron que PBS recibiría financiación el próximo año. También afirmó que le informaron que la financiación para la respuesta global al VIH liderada por Estados Unidos, conocida como PEPFAR, no se verá afectada.
“Gracias a estas garantías, voté sí a la HR 4”, dijo Bacon.
En total, el paquete contiene 21 propuestas de rescisión. Su aprobación supondría la recuperación de aproximadamente 900 millones de dólares de los 10 000 millones que el Congreso ha aprobado para programas de salud global. Esto incluye la cancelación de 500 millones de dólares para actividades relacionadas con enfermedades infecciosas y salud maternoinfantil, y otros 400 millones para abordar la epidemia mundial del VIH.
La administración Trump también busca cancelar 800 millones de dólares, o una cuarta parte de la cantidad que el Congreso aprobó, para un programa que proporciona refugio de emergencia, agua y saneamiento, y reunificación familiar para aquellos obligados a huir de su propio país.
Alrededor del 45% de los ahorros que busca la Casa Blanca provendrían de dos programas diseñados para impulsar las economías, las instituciones democráticas y las sociedades civiles en los países en desarrollo.
Los líderes demócratas, al instar a sus bancadas a votar no, dijeron que el paquete eliminaría el acceso al agua potable a más de 3,6 millones de personas y provocaría que millones más no tuvieran acceso a una escuela.
“Los demócratas que dicen que estas rescisiones perjudicarán a personas de otros países no entienden el punto”, dijo la representante Lisa McClain, presidenta de la Conferencia Republicana de la Cámara de Representantes. “Se trata de priorizar a las personas de nuestro país”.
El presidente republicano solicitó a los legisladores que desestimaran casi 1.100 millones de dólares de la Corporación para la Radiodifusión Pública (CPB), lo que representa el total de los fondos que recibirá durante los próximos dos años presupuestarios. Aproximadamente dos tercios del dinero se distribuyen a más de 1.500 estaciones de radio y televisión públicas locales. Casi la mitad de estas estaciones prestan servicios en zonas rurales del país.
“Recortar la financiación federal a los medios públicos no solo perjudicará a las estaciones locales, sino que también será perjudicial para millones de estadounidenses que dependen de ellos para obtener noticias e información que les ayuda a tomar decisiones sobre sus vidas y participar en sus comunidades”, dijo Patricia Harrison, presidenta y directora ejecutiva de la Corporación para la Radiodifusión Pública.
Varios grupos de defensa que ayudan a las personas más pobres del mundo instaron a los legisladores a votar en contra.
“Ya estamos viendo cómo mujeres, niños y familias se quedan sin alimentos, agua potable y servicios esenciales tras los recortes de ayuda anteriores, y las organizaciones de ayuda apenas pueden satisfacer las crecientes necesidades”, dijo Abby Maxman, presidenta y directora ejecutiva de Oxfam América, una organización que lucha contra la pobreza.
El representante Jim McGovern, demócrata de Massachusetts, dijo que la ayuda exterior es una herramienta que previene el conflicto y promueve la estabilidad, pero la medida ante la Cámara elimina esa herramienta.
“Este proyecto de ley es bueno para Rusia, China y las empresas funerarias”, dijo el representante Steve Cohen, demócrata de Tennessee.
Los republicanos menospreciaron el gasto de ayuda exterior y trataron de vincularlo a programas que, según ellos, DOGE había descubierto.
El representante Chip Roy, republicano por Texas, afirmó que el dinero de los contribuyentes se había destinado a iniciativas como la lucha contra el cambio climático, la promoción de clases de cerámica y el fortalecimiento de programas de diversidad, equidad e inclusión. Otros republicanos citaron ejemplos similares que, según afirmaron, DOGE había revelado.
“Sin embargo, mis amigos del otro partido quieren hacerles creer, en serio, que si no usan el dinero de sus contribuyentes para financiar esta absurda lista de proyectos y miles más que ni siquiera mencioné, de alguna manera morirá gente y nuestra posición global se derrumbará”, dijo Roy. “Bueno, rechacemos esto ahora mismo”.
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Los escritores de Associated Press Leah Askarinam y Matt Brown contribuyeron a este informe.
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