De acuerdo con las últimas cifras del ministerio de Salud, cerradas en la última medianoche, se registraron 1,264 nuevos contagios del SARS-CoV-2 en las 24 horas previas
Japón encuentra tropiezos para superar la pandemia de coronavirus porque sufre récords diarios de infecciones, con nuevos brotes que extienden peligrosamente la covid-19 a lugares hasta ahora sin contagios, si bien hoy mismo su Gobierno ha descartado volver al estado de emergencia.
En las últimas horas se han registrado cifras máximas diarias de contagio a nivel nacional –en Tokio y en la prefectura de Osaka, entre otras zonas–, mientras que en lugares apartados de la capital, como la prefectura de Iwate, antes libre de covid-19, la pandemia ha comenzado a hacer mella.
Aunque este rebrote pone en jaque los esfuerzos del Gobierno de Shinzo Abe por buscar la “nueva normalidad” e ir recuperando la actividad económica tras el primer impacto, se ha descartado, de momento, volver a declarar el estado de emergencia sanitaria que estuvo vigente durante mes y medio.
“No es el momento para el estado de emergencia y la paralización total de la actividad económica”, afirmó hoy el ministro portavoz del Gobierno nipón, Yoshihide Suga, cuando fue consultado por los periodistas acerca de los recientes récords de infecciones.
De acuerdo con las últimas cifras del ministerio de Salud, cerradas en la última medianoche, se registraron 1,264 nuevos contagios del SARS-CoV-2 en las 24 horas previas, por primera vez por encima del millar de casos diarios desde que el nuevo coronavirus llegó a Japón, el pasado 16 de enero.
También se conoció hoy un récord diario en Tokio, con 367 nuevas infecciones. Con estos casos, Tokio acumula ya 12,228 infectados, frente a los cerca de 33,000 contabilizados en todo el país.
Osaka, la populosa prefectura industrial y comercial del centro del país, ha visto también en las últimas fechas cómo crecía el número de infectados, y el dato más reciente coloca la cifra en 221 casos diarios, por primera vez por encima de los 200.
Las autoridades de Iwate, en el norte de la principal isla de Japón y la única de las 47 prefecturas que había quedado libre de covid-19, informaron de que este miércoles surgieron los dos primeros casos.
Estos datos representan un traspié a los intentos del Gobierno de Abe por devolver poco a poco la normalidad al país después de que terminara el estado de emergencia sanitaria que estuvo vigente desde el 7 de abril hasta el 25 de mayo.
Aquella alerta sanitaria no implicó el confinamiento de los japoneses en sus hogares, aunque sí el cierre de centros comerciales y lugares de concurrencia masiva, así como restricciones en los horarios de restaurantes y centros de entretenimiento y llamamientos de las autoridades para trabajar desde casa.
Esas restricciones se han ido levantando progresivamente, e incluso se está permitiendo el ingreso parcial de aficionados a los estadios de fútbol y de béisbol, con un aforo limitado.
En su rueda de prensa de hoy, el portavoz gubernamental se mostró más partidario de extremar las precauciones en lugares públicos para evitar una extensión de las infecciones, y citó el hecho de que muchos de los nuevos infectados son jóvenes que se contagian en centros de ocio nocturno.
Pero otros dirigentes políticos, como la gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, creen que se tiene que ir más allá, y, según filtraciones de las que se ha hecho eco la cadena pública de televisión NHK, va a pedir a restaurantes y lugares de karaoke que reduzcan sus horarios para evitar una extensión de la covid-19 en la intensa vida nocturna de la capital.
“Quiero que se evite salir a la zonas de vida nocturna y que se eviten también las comidas” en lugares públicos con la presencia de muchas personas, afirmó hoy Koike.
Los nuevos datos se conocen días después de que comenzara una campaña oficial para fomentar el turismo interno, con subvenciones en el precio de hoteles y billetes de transporte público, una iniciativa que nació entre el temor de los expertos ante la posibilidad de que, al cabo, generara una extensión de la pandemia.
Fuente: Forbes
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