Italia comenzó hoy a probar en humanos su vacuna creada íntegramente en el país, con el arranque de la primera fase en un hospital de Roma, donde se inoculó una dosis al primer voluntario.
“Se ha inoculado una dosis al primer voluntario esta mañana. Será mantenido en observación durante 4 horas por todo el equipo clínico, luego regresará a casa y será monitoreado durante 12 semanas”, dijo en declaraciones a los periodistas Francesco Vaia, director sanitario del Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas Lazzaro Spallanzani.
Señaló que el próximo miércoles 26 “continuaremos con otros dos voluntarios y así sucesivamente, todos los demás hasta 24 semanas”.
Y “si todo va bien -añadió- “habrá la segunda y tercera fase de experimentación que probablemente haremos en un país de Latinoamérica, donde el virus está en fase de crecimiento”.
Vaia no quiso adelantar fechas concretas sobre cuándo podría estar lista la vacuna para su uso masivo, pero aclaró que “si todo va según lo programado, esperamos que se pueda producir en primavera”.
En esta primera fase participarán 90 voluntarios, muchos de ellos médicos, de entre los varios miles que se presentaron al llamamiento para participar en estos ensayos.
“Necesitamos 24 semanas para completar la primera fase. Reducir el tiempo de experimentación no es útil… Es un protocolo complejo y escrupuloso para garantizar la plena seguridad”, dijo, por su parte Giuseppe Ippolito, director científico del mismo hospital.
La vacuna, creada, producida y patentada por la empresa biotecnológica italiana ReiThera, con sede en Castel Romano, ya ha superado las pruebas preclínicas realizadas tanto in vitro como en animales.
La vacuna italiana es fruto de un acuerdo firmado entre el presidente de la región de Lacio, Nicola Zingaretti, el ministro de Salud, Roberto Speranza, el ministro de Universidad e Investigación Científica, Gaetano Manfredi, el Consejo Nacional de Investigación y el Instituto Spallanzani, y se le han asignado 8 millones de euros, de los cuáles 5 millones de la región y 3 millones del Ministerio de Universidad e Investigación Científica.
Según publica el diario La Repubblica, el primer voluntario, cuya identidad no se ha revelado, es una mujer de Roma de 50 años.
“Creo en la ciencia italiana. Espero que este gesto mío sea útil, y espero que la gente sea más responsable”, señaló la mujer, según ese diario.
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