El nombre de Peña Nieto se menciona en la documentación entregada por un “informante” bajo pena de perjurio, según las leyes de la Unión Americana, al Departamento de Justicia de ese país y a la Securities and Exchange Commission (SEC, por sus siglas en inglés), Comisión de Bolsa de Valores de Estados Unidos y agencia del gobierno de esa nación.
De acuerdo con la documentación, Peña Nieto recibió sobornos para que el exdirector de Pemex, Emilio Lozoya Austin, pagara 635 millones de dólares por Fertinal, “cuando esta empresa era efectivamente insolvente, con cientos de millones de dólares en deuda”, y que dañó el patrimonio de la petrolera y al erario.
Las consultoras PricewaterhouseCoopers (PwC) y Binder Dijker Otte (BDO), así como la Auditoría Superior de la Federación habían advertido que Fertinal se encontraba en quiebra, pues tenía una deuda bancaria de 264 millones de dólares y que sólo disponía de 12 mil dólares de efectivo en cajas.
“El pago excesivo fue posible gracias a la aprobación de la transacción, mediante el soborno — a Peña Nieto— que el accionista mayoritario de Fertinal, el empresario italiano Fabio Massimo Covarrubias Piffer pagó utilizando el fideicomiso 470 que se creó para formalizar la operación de compraventa. Ese fue el mecanismo a través del cual se pagó el soborno”, argumentó el informante en declaración la SEC.
Al cotizar en la Bolsa de Valores de Estados Unidos, Pemex se sujeta a las leyes de la Unión Americana. En este caso, el presunto soborno a Peña Nieto es investigado por posible detrimento en el patrimonio de Pemex y tenedores de bonos.
Además, según parte de lo declarado por el demandante, el sistema bancario de Estados Unidos fue “utilizado” para facilitar, vía cuentas en ese país, los pagos por soborno.
El expresidente Enrique Peña Nieto rechazó categóricamente las acusaciones en su contra relacionadas con un presunto soborno.
“No es la primera vez que se pretende inculparme de mala fe y sin fundamento alguno. Por supuesto, mienten”, escribió en su cuenta de Twitter.