CIUDAD DE MÉXICO
“Le presenté al bloque opositor la lista de siete candidatos que habíamos consensuado en nuestro grupo y ellos me reviraron con opciones totalmente distintas”, recuerda Mario Delgado, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) de la Cámara de Diputados. Se discutían los nombres de quienes serían los cuatro nuevos consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE), obligadamente dos mujeres y dos hombres.
“La negociación estaba muy tensa, llevábamos muchas horas platicando”, acota el también coordinador del grupo parlamentario de Morena, quien se dispone a contar los entretelones de las pláticas con los coordinadores del PAN, PRI, MC y PRD. “Siempre actuaron como bloque, pero el más duro fue Acción Nacional. Llegué a pensar que no se sumarían al acuerdo”.
Pero la historia tras la elección de los consejeros había empezado mucho antes de la noche del martes 21.
Coinciden Mario Delgado y Tonatiuh Bravo Padilla, coordinador de los diputados de Movimiento Ciudadano, en lo esencial de la relatoría.
En febrero se inició el proceso de selección de los cuatro candidatos a consejeros del INE. En esa primera reunión, alguien del bloque opositor le preguntó a Delgado: “¿Quién va a ganar la elección de 2021?”.
“Morena”, respondió sin dudar el presidente de la Jucopo.
Árbitro imparcialTanto los opositores como Delgado argumentaron entonces la necesidad de tener un árbitro imparcial, en el caso de Morena, para legitimar el triunfo que predecía, y en sus adversarios, para confiar en el proceso.
De hecho Delgado les anticipó que no podría repetirse el pasado, cuando el PRI y el PAN designaban a candidatos afines.
Con la coincidencia de tener un INE confiable arrancó el proceso entre Morena y sus aliados (PT, PES y Verde) y por el otro el llamado bloque opositor. El siguiente avance fue armar por unanimidad los términos de la convocatoria para la elección de los miembros del Comité Técnico de Evaluación (CTE) de los candidatos. También lo hicieron.
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