Increíble triunfo de Dodgers con grand slam de Freddie Freeman.

Freddie Freeman hace pagar a los Yankees y batea uno de los jonrones más dramáticos de la historia de la Serie Mundial al ganar los Dodgers en 10 innings.



La Opinión.

De los gritos de “¡To-ro!, ¡To-ro!” en homenaje a uno de los más grandes de la ciudad a la euforia de un histórico jonrón para ganar el juego, tal y como sucedió en otro inolvidable juego 1 de Serie Mundial para los Dodgers de Los Ángeles hace 36 años.

Freddie Freeman, el hombre que ha tenido un año lleno de adversidad, conectó un jonrón con las bases llenas luego de que los Yankees decidieron caminar intencionalmente a Mookie Betts en la décima entrada, para darle a los Dodgers un memorable triunfo de 6-3 sobre Nueva York en el inicio de la Serie Mundial la noche del viernes en Los Ángeles.

En una jornada muy cargada en emociones desde antes del juego por los recuerdos de Fernando Valenzuela, quien falleció esta semana, los Dodgers terminaron en júbilo total con un batazo que ha hecho recordar aquel de Kirk Gibson en el primer juego de la Serie Mundial de 1988 contra Oakland. Al igual que Gibson, Freeman también jugó lesionado de una pierna y su batazo cayó en la misma zona de asientos.

Gavin Lux y Tommy Edman se habían embasado tras un out y el manager de los Yankees, Aaron Boone, trajo al pitcher zurdo Néstor Cortés, quien dominó a Shohei Ohtani en un elevado. Pero luego caminó intencionalmente a Betts para llenar las bases en una decisión que será ampliamente discutida.

Cabe indicar que en el elevado de Ohtani fildeado en terreno de foul por Alex Verdugo, los umpires concedieron una base extra a los corredores porque Verdugo cayó en los graderíos tras estrellarse con la barda frente a la raya de foul del jardín izquierdo. Con la primera colchoneta abierta, la base intencional a Betts tenía mucho sentido, pero no deja de ser una decisión discutible.

Freeman, quien ha estado jugando lesionado de un tobillo, conectó una pitcheada de 93 millas y envió la pelota por encima de la barda del jardín derecho, a 423 pies de distancia, haciendo que el estadio de los Dodgers literalmente temblara por la reacción de los aficionados. Es el primer grand slam para acabar con un partido en la historia de la Serie Mundial.

La euforia de Freeman al recorrer las bases contrastó con los meses de angustia que el estelar primera base vivió por los problemas de salud de su hijo Max, quien fue diagnosticado con un raro desorden neurológico. Eventualmente se recuperó tras una larga estancia en el hospital.

La primera Serie Mundial entre Dodgers y Yankees desde 1981 y la 12a. en la historia fue antecedida por fuertes emociones en el campo y en las gradas debido al fallecimiento esta semana de Fernando Valenzuela, uno de los grandes Dodgers de todos los tiempos.

Valenzuela fue instrumental para que hace 43 años los Dodgers vencieran a los Yankees en un épico Clásico de Otoño. Su muerte ha causado gran consternación en el sur de California, en México y alrededor del mundo de la pelota.

Música sonorense y minuto de silencio a la memoria del “Toro” Valenzuela.

Los honores para Valenzuela comenzaron 40 minutos antes del partido, cuando Gina Ferrer y Julio Torres, cantantes originarios del estado de Sonora -donde nació Valenzuela-, interpretaron cuatro temas musicales, incluyendo los clásicos “Amor Eterno” y “El Rey” con mariachi. También dedicaron un corrido que hablaba sobre Fernando y los Dodgers.

Tras la presentación de jugadores de Yankees y Dodgers, vino una segunda parte de honores para Valenzuela. Su viuda, Linda, y sus hijos Fernando, Ricardo, Linda y María fueron solemnemente presentados en el campo mientras se pedía en el estadio un minuto de silencio a la memoria del más grande pelotero mexicano y la mayor leyenda latina de los deportes de Los Ángeles.

La parte más emotiva ocurrió cuando en los pabellones del estadio empezó a corearse “¡To-ro!, ¡To-ro!, ¡To-ro!”, un grito de todo corazón de parte de la afición angelina.

Orel Hershiser y Steve Yeager, dos hombres que en el pasado ganaron el premio de MVP de los Dodgers en la Serie Mundial, fueron los encargados de la ceremonia del primer lanzamiento. Pero esta vez no hubo lanzamiento en sí, sino que dejaron la pelota sobre el montículo, junto al número 34 en honor a Valenzuela que fue pintado sobre la loma de pitcheo.

Los Dodgers, como se había anunciado, portaron un parche con el número 34 y la palabra Fernando en el uniforme y alrededor del estadio hubo ofrendas e imágenes de Valenzuela.

Duelo de pitcheo entre brazos angelinos antes de un bombazo
Jack Flaherty, adquirido por los Dodgers como refuerzo durante la temporada, fue el pitcher abridor por el equipo de casa y el derecho originario del Valle de San Fernando llegó al estadio con una casaca de Valenzuela.

En una ocasión tan especial, Flaherty iba a necesitar de una noche inspirada y en verdad que lanzó bien, dejando a los Yankees sin carrera durante cinco innings en un gran duelo de serpentina con Gerrit Cole, otro pitcher originario del sur de California.

En la parte baja del quinto inning, los Dodgers tomaron la ventaja. Enrique Hernández pegó triple por la esquina del jardín derecho luego de un out y anotó en pisa y corre con el elevado de sacrificio de Wil Smith al derecho. El boricua llegó quieto tirándose de cabeza para el 1-0 .

Sin embargo, la ventaja no les duró mucho a los campeones de la Liga Nacional porque en la sexta entrada Juan Soto abrio con sencillo y tras ponche a Aaron Judge, vino el poderoso Giancarlo Stanton, otro pelotero originario de Los Ángeles, para disparar un bombazo de 412 pies cerca del poste de la esquina de jardín izquierdo para jonrón de dos anotaciones parala voltereta de Nueva York, 2-1.

Los Dodgers pusieron hombres en segunda y tercera con un out en la séptima, pero Will Smith fue dominado por el relevista Clay Holmes en elevadito al cuadro y Gavin Lux sacó débil rola a la segunda contra Tommy Kahnle.

Ohtani despierta y los Dodgers empatan el juego.

Abajo 2-1 en la octava entrada, los Dodgers atacaron y tenía que ser su mayor estrella, Shohei Ohtani. El japonés iba de 3-0 en el partido, pero con un out en la pizarra conectó una línea tremenda contra el relevista Tommy Kahnle que rebotó contra la barda del jardín derecho. Solo le faltó un metro para irse del otro lado.

Ohtani se barrió en segunda con doble, pero el tiro desde el jardín se le escapó al shortstop Anthony Volpe y Ohtani llegó hasta tercera base para poner de pie a casi todos los 52,394 espectadores con boleto pagado que llenaron Dodger Stadium.

Enseguida, Mookie Betts bateó un elevado profundo al central para remolcar fácilmente a Ohtani con el 2-2.

En la apertura del noveno inning, Gleyber Torres conectó un batazo a lo profundo del jardín izquierdo que inicialmente parecía jonrón contra el relevista Michael Kopech. La pelota fue capturada por un fan que extendió su brazo con guante. Tras revisión inmediata se determinó que hubo interferencia del aficionado y Torres fue enviado a segunda base.

Juan Soto fue caminado intencionalmente y entonces el manager Dave Roberts trajo a su mejor hombre del bullpen, el derecho Blake Treinen, quien dominó a Aaron Judge en elevado altísimo al shortstop.

Una rola de Anthony Volpe al shortstop paa bola ocupada impulsó a Jazz Chisholm desde tercera en la pa
rte alta del décimo inning, cuando los Yankees utilizaron la velocidad en las bases para hacerle daño al relevista estrella Blake Treinen y tomar la ventaja de 3-2. Chisholm había pegado sencillo con un out y robado segunda y tercera. En total fueron tres robos de base contra Treinen en la entrada.

Y de ahí al emocionante final de un partido que es anticipo de una gran Serie Mundial. Treinen fue el pitcher vencedor y Jake Cousins el derrotado.

El juego 2 será este sábado (5:08 pm PT) y los pitchers probables son Carlos Rodón por Nueva York y el japonés Yoshinobu Yamamoto por Los Ángeles.

.