Honduras propone poner fin a cooperación militar con EEUU ante amenaza de deportación masiva de Trump,



AP.

Los comentarios que hizo la presidenta de Honduras, Xiomara Castro, a principios de esta semana amenazando con detener la cooperación de su país con el ejército estadounidense si el presidente electo Donald Trump cumple con sus prometidas deportaciones masivas han generado calor político en el país, incluso mientras el gobierno estadounidense ha permanecido en silencio.

En un discurso de Año Nuevo en un canal de televisión nacional, Castro dijo que si Trump sigue adelante con las deportaciones masivas, Honduras reconsideraría la cooperación militar con Estados Unidos.

“Ante una actitud hostil de expulsión masiva de nuestros hermanos, tendríamos que considerar un cambio de nuestras políticas de cooperación con Estados Unidos, especialmente en el ámbito militar”, afirmó Castro.

Afirmó que Estados Unidos ha mantenido presencia en territorio hondureño durante décadas sin pagar un centavo y que si los hondureños son expulsados ​​masivamente esa presencia dejaría de tener razón de existir en Honduras. Agregó que espera que la administración Trump esté abierta al diálogo.

Fue sólo la última respuesta en la región a los primeros pronunciamientos de Trump.

Su amenaza de imponer aranceles a México si no hacía más por frenar la migración ilegal y el tráfico de drogas fue respondida con una sugerencia de aranceles de represalia por parte de ese gobierno. Más recientemente, Trump criticó los cobros por transitar por el Canal de Panamá y sugirió que Estados Unidos podría retirarlos, algo que el presidente panameño rechazó enfáticamente.

La principal presencia militar estadounidense en Honduras se encuentra en la base aérea Soto Cano, en las afueras de la capital. Si bien se trata de una base hondureña, Estados Unidos ha mantenido una presencia significativa allí desde 1983 y se ha convertido en un punto clave de lanzamiento de misiones humanitarias y antidrogas en América Central.

Es el hogar de la Fuerza de Tarea Conjunta Bravo, que el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha descrito como una presencia “temporal pero indefinida”.

El Departamento de Defensa de Estados Unidos se negó a hacer comentarios, señalando que “se trata de declaraciones de campaña y no de políticas”. La Embajada de Estados Unidos en Honduras no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios.

Sin embargo, la oposición política de Castro se ha apresurado a denunciar los comentarios del presidente.

Jorge Cálix, probable aspirante presidencial del Partido Liberal en las elecciones hondureñas del 30 de noviembre, dijo que Castro había puesto a Honduras “en grave peligro” por razones personales e ideológicas.

Olban Valladares, un analista político que está considerando su propia candidatura para un cargo por el Partido Innovación y Unidad, criticó la amenaza de Castro.

“Ella sabe que no tenemos la capacidad de amenazar a Estados Unidos de ninguna manera, que los daños que eso le causaría a Honduras serían terribles”, dijo Valladares, quien agregó que la amenaza podría convertir a los migrantes hondureños en un blanco aún mayor para la administración Trump.

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