La Oficina de Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS, por su siglas en inglés) adoptará a partir del próximo 11 de septiembre su propia política de “tolerancia cero” a errores u omisiones en solicitudes de visas, lo que afectaría a decenas de miles de solicitantes y facilitaría más deportaciones, advirtieron expertos.
La USCIS emitió la noche del viernes, sin mucho ruido, un memorándum con la política que entrará en vigor para solicitudes recibidas después del 11 de septiembre, y que anula la que se aplicaba desde junio de 2013 para la revisión de solicitudes.
La nueva política permitirá que los funcionarios a cargo de revisar solicitudes para un amplio gama de visas, incluyendo las alrededor de un millón de solicitudes de residencia permanente y las de ciudadanía, ejerzan una mayor “discreción” procesal para rechazar cualquier solicitud o petición sin antes emitir una notificación previa de que la solicitud corría peligro.
La única categoría de ajustes migratorios excluida del cambio de política es la que cubre a los “Dreamers” amparados al programa de “acción diferida” (DACA) de 2012, explicó USCIS.
Bajo los reglamentos en vigor, si una persona envía una solicitud incompleta o con errores a USCIS, la agencia suele responder con la llamada “Solicitud de Evidencia” (RFE, por su sigla en inglés), o una “Notificación sobre Intención de Rechazo” (NOID, en inglés), básicamente dando una segunda oportunidad para corregir o completar la solicitud.
Pero eso cambiará en septiembre próximo, para combatir lo que el director de USCIS, Francis Cissna, calificó como un sistema agobiado por “solicitudes frívolas o sin mérito” que ocasionan demoras en el proceso de adjudicación de casos.
Con este cambio, “USCIS está restableciendo plena discreción a nuestros oficiales de Inmigración para rechazar solicitudes y peticiones incompletas o que no son elegibles para beneficios migratorios”, y de esa forma se desalentarán solicitudes “frívolas” o “esqueléticas” que buscan tomar ventaja del sistema, argumentó Cissna.
La Administración Donald Trump no ha logrado que el Congreso apruebe una ley para reducir la inmigración legal en EEUU –ya hubo dos fallidos intentos este año en el Senado-, por lo que ahora adopta una política que podría tener el mismo efecto.
El cambio se suma a otro reciente que anunció la USCIS y que podría facilitar las deportaciones de personas con visas vencidas, y todo ocurre, según críticos, sin el debido proceso de comentarios públicos que normalmente requieren estas medidas.
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