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Kayla Uribe fue una de los 28 cadetes que graduaron de la Academia de Policía de Texas Southmost College el 12 de junio durante una ceremonia que se llevó a cabo en el Centro de Bellas Artes de TSC.
Con solo 23 años de edad, Uribe dice que la Academia de Policía de TSC le ha dado habilidades que ella requiere para una carrera de por vida en la aplicación de la ley.
“No siempre quise una carrera en la aplicación de la ley. Quería ser veterinaria,” dijo. “Pero al crecer, me di cuenta lo que realmente quería es hacer la diferencia en mi comunidad al cuidar a los demás. Sin embargo, eso no me llevó directamente a la aplicación de la ley”.
Antes de inscribirse en la Academia de Policía de TSC, también conocido como el Instituto de Justicia Penal, Uribe obtuvo su licenciatura en sicología y justicia penal. Sin embargo, ninguna de las opciones parecía correcta sin capacitación en la aplicación de la ley.
Lo que Uribe realmente quería era ser una agente en la seguridad pública.
“Haciendo la transición de la universidad a una academia de formación fue intimidante. Estaba nerviosa, pero no duró mucho,” dijo. “En cuanto entré a ese centro de capacitación supe inmediatamente que había tomado la decisión perfecta. Era donde se suponía que debía estar”.
La originaria de Brownsville dijo que no tenía ninguna idea de qué esperarse al emprender una carrera en la aplicación de la ley, pero la academia y sus instructores aseguraron que no quedaría ninguna piedra sin mover durante los seis meses del programa de capacitación.
“Esta experiencia me abrió los ojos”, dijo Uribe. “Fui entrenada y expuesta a varios tipos de escenarios, procesos y leyes que tenemos que saber antes de pisar un pie en el campo. Honestamente puedo decir que estoy lista para arrancar corriendo”.
Uribe ha sido contratada por el Departamento de Policía de Harlingen, y en cuanto termine y pase su examen de licencia a finales de este mes, ella comenzará a servir y proteger a los residentes de esa comunidad.
A pesar que al principio su familia no estaba segura de su decisión de inscribirse en la academia de policía, ellos reconocieron su logro.
“Soy la bebé de la familia. Fue difícil para ellos, especialmente mi papá”, ella dijo. “Solo fue un pequeño obstáculo que tenía que superar. Mientras yo iba progresando en el programa y ellos vieron que feliz y emocionada estaba, todo cambió. A pesar de sus preocupaciones, no pueden estar más orgullosos de mi por perseguir mis sueños y por ir empezando mi carrera”.
La Instructora del Instituto de Justicia Penal, Willemina Edwards, dice que el espíritu y actitud positiva de Uribe fue contagioso e impresionante.
“Kayla es académica astuta y resuelve problemas rápido, algo que es valioso en el campo”, dijo Edwards. “Ella es muy determinada y capaz de manejar cualquier cosa, y sé que va a destacar con el Departamento de Policía de Harlingen”.
Edwards agregó que está orgullosa de todos sus graduados. Todos tuvieron que aguantar el programa mientras vivían una pandemia, haciendo que un programa exigente sea mucho más desafiante.
“Nuestros estudiantes enfrentaron el reto de mezclar la instrucción de clases en línea y en el salón de clases”, dijo. “Estas limitaciones les han enseñado cómo superarse y adaptarse al mundo y a los ambientes que se les presentan. Ahora que salen a nuestras comunidades, yo sé que ellos van a servir y proteger, y espero que sean bienvenidos con los brazos abiertos”.
En cuanto a Uribe, ella pudo celebrar su graduación con las dos personas que significan todo para ella – su mamá y papá.
“Yo espero que estén orgullosos de mi”, dijo. “He soñado en grande. Quiero ayudar a víctimas de delitos sexuales y quiero convertirme en detective. Yo sé que tomará mucho trabajo duro y dedicación, pero TSC me ha dado la base y las habilidades fundamentales que necesito para lograr mis metas”.
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