Sin la presencia de legisladores y desde su oficina privada, Greg Abbott, gobernador de Texas firmo la ley SB4 que faculta a los agentes del orden a preguntar sobre el estatus migratorio de una persona y amenaza con sancionarlos con cárcel y multas sino lo hacen y proporcionan esa información a las autoridades federales.
Abbott justifico la medida diciendo que protegerá a los texanos de los criminales indocumentados.
Pero para activistas pro inmigrantes la medida vulnera principalmente a los residentes indocumentados que viven en la entidad sin cometer ningún tipo de delito criminal.
“Los texanos esperan que mantengamos a la gente segura y eso es exactamente lo que vamos a hacer al firmar esta ley”, dijo Abbott durante una transmisión en Facebook Live sin previo aviso, y a diferencia de otros actos de este tipo no contó con público, ni con su mensaje ni la asistencia de la prensa.
Esta legislación busca penalizar a los gobiernos locales y a las universidades que decidan no cooperar con las autoridades migratorias federales en la identificación de los inmigrantes indocumentados para que sean deportados.
Se calcula que en Texas residen 1.5 millones de inmigrantes indocumentados.
En la ley también esta destinada a prohibir las denominadas ciudades santuario.
La ley esta contemplada a comenzar a implementarse el 1 de septiembre.
