EU TRATA DE ESCLARECER El MISTERIO DEL “SINDROME DE LA HABANA”.



Desde hace 5 años Estados Unidos no
ha dejado piedra sin voltear tratando de esclarecer el misterioso “síndrome de La Habana”, una especie de afectación neurológica que han reportado por lo menos 200 funcionarios de ese país y que se manifiesta con agudos dolores de cabeza, mareos, fatiga, náusea, ansiedad y problemas de memoria, entre otros síntomas.
Desde entonces se han realizado numerosos estudios, tanto gubernamentales como científicos, para llegar al fondo del problema. Pero ninguno, a la fecha, ha sido concluyente.

Hay un sector en Washington que se refiere a ellos como “ataques” y creen que se trata de algún tipo de dispositivo electromagnético o sónico diseñado por sus enemigos. Otros lo ven como incidentes de salud anómalos que podrían estar asociados más a un componente psicológico.

En todo caso, es un tema de alto relieve en Estados Unidos que se volvió a alborotar esta semana, luego de que medios de este país reportaron cinco casos adicionales que involucran a familias estadounidenses en Colombia.

Se trata de los casos más recientes del fenómeno y suceden a pocos días de la llegada al país del secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y una importante delegación de funcionarios.

Y esta ocasión, dado que al parecer hay un menor involucrado, las alarmas están sonando duro.

Los primeros casos se presentaron en La Habana en el 2016 (de allí su nombre) e involucraron tanto a personal de Estados Unidos como de Canadá.

En el 2017, Donald Trump, recién posesionado como presidente, responsabilizó a Cuba y uso el caso como pretexto para dar marcha atrás al restablecimiento de las relaciones bilaterales que se habían iniciado con su antecesor, el demócrata Barack Obama.

Pero desde entonces se han venido presentando casos inexplicables en varios países. Entre ellos, China, Rusia, Polonia, Georgia, Viena y Taiwán. Más recientemente en India, cuando un miembro de la delegación que acompañaba al director de la CIA, William Burns, a ese país, reportó síntomas parecidos.

Un mes antes, el viaje de la vicepresidenta Kamala Harris a Vietnam se suspendió de manera temporal luego que se reportara otro caso en Hanói. Incluso se han presentado un par de casos en Washington mismo, cerca de la Casa Blanca.

(Le puede interesar: Duque deja en manos de EE. UU. investigación de ‘síndrome de la Habana’) 

El tema es tan truculento que hace poco la CIA le encargó otra investigación a uno de los operarios que presidió la cacería contra el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden.
Las primeras investigaciones que se realizaron apuntaban a una especie de ataque sónico o acústico.

Sin embargo, en diciembre del año pasado, un panel de expertos de las academias nacionales de ciencia, ingeniería y medicina entregó un informe encomendado por el Departamento de Estado en el que concluyeron que el origen más probable era “energía dirigida” por algún tipo de dispositivo, algo con lo que varios países han experimentado como arma de guerra.

En mayo de este año, el diario ‘The New York Times’ sacó un informe basado en fuentes de inteligencia que al parecer exploran la tesis de que algún servicio de inteligencia extranjero, probablemente ruso, estaba dirigiendo microondas hacia funcionarios de EE. UU. con el objetivo de recolectar información de sus computadores y celulares, causando indirectamente los síntomas asociados con el síndrome.

Daños cerebrales, entre los síntomas

En cualquier caso, otra investigación de la Universidad de Pensilvania concluyó que en al menos 40 de las víctimas se habían presentado evidencia de daños cerebrales.
El tema se ha convertido en toda una papa caliente para el presidente Joe Biden, que ha prometido llegar al fondo del asunto y la semana pasada firmó una ley para compensar y respaldar a los afectados por el síndrome.

Paralelamente avanza otra investigación adelantada por la Dirección Nacional de Inteligencia cuyo objetivo es precisar el tipo de dispositivo que se estaría utilizando y cuyos resultados deben estar listos para finales de año.

Esta misma semana, tras conocerse el caso colombiano, un grupo bipartidista de senadores le envió una carta a Blinken en la que se declaran “alarmados en extremo” por los nuevos casos y le dicen que no está prestando la debida atención y recursos para resolver el problema.

SERGIO GÓMEZ MASERI
Corresponsal de EL TIEMPO 
WASHINGTON
En Twitter: @sergom68

SS

.