ESTADOS UNIDOS SE APRESURA A LEVANTAR EL MURO.



A principios del año 2020, funcionarios, grupos ambientalistas y propietarios que pueden verse afectados por la construcción de un muro expresaron su preocupación de que el gobierno federal se moviera rápidamente para construir 52 millas en el área de Laredo y luego en la región del Valle del Río Grande por todo el camino hasta Brownsville.

Tanto el congresista como el alcalde Pete Sáenz, han hablado con varios funcionarios del gobierno para evitar que Laredo sea parte de un proyecto para asegurar la frontera a través de un muro de hormigón de 30 pies.

Sin embargo, el presidente Donald Trump ya tiene los recursos para construir el muro en esta región, aunque la dirección del proyecto aún no se ha determinado y esto está causando más preocupación a los propietarios.

“Los planes que hemos escuchado sobre el muro nos preocupan y cambian repentinamente, la información de las autoridades es muy limitada y no nos da certeza sobre la orientación del muro en nuestras propiedades y otras partes de la ciudad y el distrito y esto es muy problemático, la familia Fasken está lista para proteger su propiedad de cualquier confiscación si es necesario “, dijo la compañía FaskenOil & Ranch en un comunicado reciente.

José Ceballos, el representante de la compañía, agregó que existe la firme creencia de que existen formas más efectivas y sensibles para asegurar la frontera mediante el uso de tecnología y más personas, en lugar de un muro, a través de los efectos negativos sobre el medio ambiente y que La existencia de propiedad privada puede provocar incautaciones.

Añade que “todos creemos en la obligación de asegurar la frontera nacional, pero también creemos que un muro no es la mejor manera y que la capacidad de patrullaje no mejoraría si no se construyera un muro a menos que se desplegara más personal a lo largo de la frontera “.

Los Angeles CattleCompany, BriscoeRanch Inc. y Brak T-4 Ranch, cuyos propietarios ya se están preparando para defenderse contra la pérdida de sus propiedades, son otras compañías afectadas por la construcción del Muro en el área fronteriza de Laredo y Webb.

Tricia Cortez, directora ejecutiva del Centro de Estudios Internacionales de Río Grande, creía que toda la comunidad debería participar en esta lucha y ponerse de acuerdo contra el muro.

Hizo hincapié en que el gobierno federal ya había mantenido reuniones con ganaderos y terratenientes en las orillas del Río Grande y les instó a no firmar la carta, lo que permitiría la intervención de funcionarios federales, ya que era el comienzo de la pérdida de su país.

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