La Opinión.
Tras el arresto de Mahmoud Khalil, estudiante en la universidad de Columbia, el Secretario de Estado, Marco Rubio, lanzó una amenaza a otras voces propalestinas en el país, señalando que revocará las visas y/o Green Card de los que llamó “partidarios de Hamas en Estados Unidos para que puedan ser deportados”.
De este modo, el arresto de Khalil se convierte en una de las primeras acciones conocidas en el marco de la promesa del presidente Donald Trump de deportar a los estudiantes internacionales que se unieron a las protestas contra la guerra de Israel en Gaza, afirmado que los participantes perdieron su derecho a permanecer en el país por apoyar a Hamás.
De ahí que Trump firmó una orden ejecutiva para deportar a estudiantes extranjeros que hayan participado en manifestaciones a favor de palestina, a quienes, sin evidencia, vinculó a Hamas, o quienes lleven adelante actos de “vil discriminación antisemita, vandalismo y violencia” en las aulas.
Sin embargo, esta postura no es nueva, ya durante su etapa como senador, el mismo Marco Rubio pidió cancelar la visa y expulsar a todos “los simpatizantes extranjeros de Hamas que viven en Estados Unidos”, después que en el país se vivieron varias manifestaciones a favor de la paz en Palestina.
“Es una ley que existe en el país que dice que eres inadmisible bajo visa, de estudiantes, para ser profesor, para ser turista, lo que sea, si eres un partidario de un grupo terrorista designado”, dijo Rubio años atrás y que actualmente ya ejecuta.
Así, bajo el gobierno de Trump, no sólo la Universidad de Columbia recibió un recorte de 400 millones de dólares en subvenciones federales, posterior a las manifestaciones estudiantiles, sino que este paso es parte de una primera fase de cancelaciones universitarias, según el plan de gobierno establecido por el presidente en relación con las Medidas Adicionales para Combatir el Antisemitismo.
Incluso, el asesor principal del Fiscal General Adjunto para Derechos Civiles, Leo Terrell, afirmó que “esto es solo el comienzo”.
A su llegada a la Casa Blanca, Trump ordenó buscar a todos los estudiantes propalestinos y deportar a los extranjeros, por lo que instruyó a los secretarios de Estado, Educación y Seguridad Nacional a solicitar a las universidades estadounidenses que vigilen e informen sobre actividades de estudiantes y profesores extranjeros que puedan ser considerados antisemitas, con el fin de tomar medidas conforme a la ley y, si procede, actuar para expulsarlos del país.
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