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Cuando Joe Biden habla sobre su decisión de presentarse en la elección contra el presidente Donald Trump en 2020, siempre empieza por Charlottesville. Dice que fueron los hombres con antorchas que coreaban consignas racistas quienes lo impulsaron a librar lo que llama la “batalla por el alma de Estados Unidos”.
Ahora Biden enfrenta la manifestación más reciente del odio racial después que un supremacista blanco disparó contra gente negra con un fusil de asalto en un supermercado en Buffalo, en el norte de Nueva York, y mató a 10 personas el sábado.
El presidente y la primera dama Jill Biden visitarán la ciudad en las próximas horas. Ante todo, irán a un monumento improvisado frente al supermercado para luego reunirse en privado con las familias de las víctimas, socorristas y funcionarios locales. Finalmente, el presidente hablará a la nación.
En su discurso en un centro comunitario vecino, Biden abogará por leyes más estrictas sobre la posesión de armas y exhortará a los estadounidenses a rechazar el racismo y celebrar la diversidad de la nación, dijo la Casa Blanca.
En su discurso al asumir el cargo, Biden fue el primer presidente que habló de la supremacía blanca, a la que llamó “terrorismo interno que debemos enfrentar”. Pero esas creencias siguen siendo una amenaza arraigada en momentos que la presidencia debe ocuparse de las crisis de la pandemia, la inflación y la guerra en Ucrania.