Reuters.
Cuando el presidente Donald Trump entró en la Rotonda del Capitolio de Estados Unidos para jurar su cargo el lunes, se acercó a besar la mejilla de su esposa Melania, pero fue bloqueado por el sombrero de ala ancha que la primera dama llevó durante todo el día de la investidura.
El momento, y el sombrero, atrajeron la atención de las redes sociales. Algunos elogiaron su atuendo, diciendo que la primera dama estaba sofisticada y “deslumbrante”. Otros la compararon con Carmen Sandiego, un personaje de ficción, y se preguntaron si intentaba deliberadamente mantener las distancias con su marido y por qué no se quitó el sombrero en todo el día.
El sombrero azul marino con adornos blancos lució en la cabeza de Melania Trump durante el servicio religioso matutino, la ceremonia de investidura de su marido, un almuerzo con políticos republicanos y multimillonarios de la tecnología y un mitin en el Capital One Arena.
Según el diseñador estadounidense del sombrero, Eric Javits, se trataba de una etiqueta totalmente apropiada.
“Tradicionalmente, un sombrero debe llevarse todo el día”, declaró Javits a Reuters. “No te lo quitas hasta que te cambias para otra ocasión”, agregó.
Durante gran parte del día el sombrero ocultó los ojos de Melania Trump a la mayoría de los espectadores. La primera dama, que apenas asistió a los actos de campaña de Trump el año pasado, también lució una chaqueta azul marino de doble botonadura y largo medio de Adam Lippes, otro diseñador estadounidense.
“En mis manos, parece una especie de sombrero muy discreto y humilde”, dijo Javits. “Y cuando se lo puso, y lo viste con el conjunto y todo eso, su presencia lo transformó y lo convirtió en algo muy poderoso”.
El atuendo de la nueva primera dama el día de la investidura suele ser objeto de escrutinio por parte de expertos en moda, simpatizantes y votantes, que tratan de encontrar significado en las elecciones de vestuario.
Donald Trump bromeó incluso sobre el sombrero durante un discurso tras la ceremonia, después de que su esposa luchara por mantenerlo en la cabeza mientras la pareja despedía al expresidente Joe Biden y a la exprimera dama Jill Biden, que partieron de Washington en helicóptero.
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