El Departamento de Estado negó este jueves informes de que la agencia está negando con más frecuencia pasaportes a hispanos nacidos en la frontera con México, al asegurar que la tasa de rechazos está en su punto más bajo, pero grupos cívicos sopesan posibles medidas legales.
La agencia, a cargo de la emisión de pasaportes, respondió así a un informe de ayer del diario “The Washington Post” de que la Administración está negando esos documentos de viaje a un creciente número de personas en la zona fronteriza, en particular a quienes nacieron con la ayuda de parteras, y de paso, poniendo en duda su ciudadanía estadounidense.
La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert dijo a la prensa que la negación de pasaportes, en particular de personas nacidas con la ayuda de parteras, está en su punto más bajo en los últimos seis años, aunque hubo un repunte en 2015.
El informe del “Washington Post”, según Nauert, es “un esfuerzo irresponsable por crear división y alentar el miedo entre ciudadanos estadounidenses, a la vez que intenta atizar las tensiones sobre inmigración”.
La agencia indicó en una “hoja de datos” que durante décadas, a cambio de cierta compensación, algunas parteras y médicos en la zona fronteriza “dieron certificados de nacimiento estadounidenses a bebés que en realidad nacieron en México” y es un “problema viejo que no es único a la Administración Trump”.
Según datos del Departamento de Estado, desde 2013 el porcentaje de pasaportes aprobados a personas bajo sospecha de usar documentos fraudulentos ha sido siempre mayor que el porcentaje de documentados negados.
En 2017 y 2018, ya bajo la Administración Trump, los porcentajes de pasaportes aprobados fueron del 71,9% y 74,2%, respectivamente. Los porcentajes de rechazo en ese periodo fueron del 28,1% y 25,8%, respectivamente.
Bajo la Administración Obama, las tasas de aceptación y rechazo fueron más o menos similares, salvo en 2015, cuando el porcentaje de aceptación fue del 64,1% y 35,9%.
En todo caso, las personas bajo sospecha tienen que entregar pruebas adicionales de su nacimiento en Estados Unidos, y si no logran demostrar su ciudadanía entonces el gobierno les puede negar el pasaporte.
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