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Con la cancelación del Estatus de Protección Temporal para Inmigrantes, (TPS, por sus siglas en ingles), la preocupación de quienes eran beneficiados por este programa va en aumento, así como la angustia de no saber que pasara y como se afectaran las vidas e intereses de personas que tenían este beneficio.
Sin embargo aun hay quienes prefieren conservar a esperanza de que con la culminación de este programa se pueda dar paso a un status legal.
Gran parte de quienes eran beneficiados tenían planes de vida a largo plazo, compraron casas, solicitaron préstamos, pero hoy enfrentan una cruel realidad que no saben como enfrentar en un plazo que se considera corto.
Son mas de 254 mil personas las afectadas, procedentes de países como Honduras, Salvador y Nicaragua.
La actual administración esta tratando de terminar con la inmigración legal e ilegal, mientras tanto son los hijos de inmigrantes los mas afectados.
El TPS permitia a los beneficiados —solo aquellos que estaban en Estados Unidos en el momento de los eventos que activaron la designación— residir y trabajar legalmente en este país por determinado tiempo.
Durante el tiempo que residieron aquí muchos de estas personas han establecido lazos profundos, sus hijos crecieron en esta nación y han pagado impuestos.
Segun informes, anualmente este sector ha contribuido con aproximadamente 690 millones de dólares a la seguridad social y Medicare.
Con sus trabajos también han logrado ayudar a sus países de origen enviando remesas a parientes y amigos.
Cada 18 meses desde las designaciones de TPS en 1999, 2001, y 2010, gobiernos republicanos y demócratas han enfrentado la decisión de si se debe eliminar el estatus legal de estas personas y sentar las bases para una deportación masiva.
Hasta ahora se habían logrado alargarlo, pero hoy el futuro es incierto.
