Altos funcionarios surcoreanos y chinos ratificaron el sábado los planes de realizar una reunión cumbre de sus gobernantes “en fecha próxima”, una vez que disminuyan los temores por el coronavirus, dijo la oficina presidencial en Seúl.
En una reunión en Busan, Corea del Sur, el diplomático chino Yang Jiechi y el asesor de seguridad nacional surcoreano Suh Soon también analizaron el problema internacional que genera el programa nuclear norcoreano y las tensiones crecientes entre Washington y Beijing, dijo la Casa Azul en un comunicado.
El gobierno del presidente surcoreano Moon Jae-in quiere mejorar las relaciones bilaterales, que están en tensión desde 2017 cuando Corea del Sur instaló un sistema antimisiles estadounidense en su territorio a pesar de las objeciones chinas. Moon esperaba recibir al mandatario chino Xi Jinping en Seúl durante el primer semestre de este año, pero la propagación del COVID-19 lo impidió.
Yang, miembro del Buró Político del poderoso Comité Central del Partido Comunista chino prometió “comunicación y cooperación constante” con Corea del Sur así como apoyo a los esfuerzos para desnuclearizar la península coreana y estabilizar la paz, informó la Casa Azul sin entrar en detalles.
El gobierno de Moon quiere reanudar los contactos con Corea del Norte, que ha interrumpido prácticamente toda la cooperación intercoreana en medio de las negociaciones nucleares con el gobierno de Donald Trump. Éstas están empantanadas debido a los desacuerdos sobre la mitigación de sanciones a cambio del desarme nuclear del Norte. China, el aliado principal de Corea del Norte, había apoyado la mitigación de sanciones y la presión para que el Norte tomara medidas de desnuclearización.
En Busan, Yang informó a Suh sobre la posición de China en su enfrentamiento creciente con la Casa Blanca, que se ha ampliado del área comercial a temas como Hong Kong, los musulmanes chinos, acusaciones de espionaje y el control del Mar del Sur de la China. Suh dijo que la “coprosperidad y la cooperación amistosa” entre Washington y Beijing son cruciales para los intereses del noreste asiático y el mundo, dijo la Casa Azul.
Corea del Sur teme quedar atrapada en un conflicto entre su principal aliado militar y su principal socio comercial.
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