Colombia captura al narcotraficante más buscado desde la caída de Pablo Escobar.



Las autoridades colombianas capturaron el sábado a Dairo Antonio Úsuga, alias Otoniel, el narcotraficante más buscado del país.
Úsuga, máximo líder de la organización criminal Clan del Golfo, se mantuvo prófugo durante más de una década sobornando a funcionarios estatales y alineándose con combatientes de izquierda y derecha.

“Es el golpe más contundente que se le ha propiciado al narcotráfico en este siglo. Solo es comparable con la caída de Pablo Escobar… (a inicios de) los años 90”, dijo el presidente Iván Duque al confirmar la captura en una declaración oficial acompañado de su cúpula militar.

Las fuerzas militares colombianas presentaron a Úsuga ante los medios esposado y vistiendo botas de hule como las que usan los campesinos de zonas rurales.

Úsuga, mejor conocido por su apodo Otoniel, es el presunto líder del temido Clan del Golfo, cuyo ejército de asesinos ha aterrorizado gran parte del norte de Colombia para tomar el control de las rutas importantes para el tráfico de cocaína a través de selvas espesas al norte de Centroamérica y hacia Estados Unidos.

Desde hace mucho aparecía en la lista de prófugos más buscados por la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés), para cuya captura había ofrecido una recompensa de cinco millones de dólares. 

Úsuga, de 50 años, es solicitado por el Distrito Sur de Nueva York por delitos asociados al narcotráfico, cargos levantados en su contra en 2009.
También tiene otras acusaciones pendientes en cortes federales en Miami, Tampa y Brooklyn, donde lo señalaron de enviar 73 toneladas de cocaína a Estados Unidos entre 2003 y 2014 a través de varios países, incluyendo Venezuela, Guatemala, México, Panamá y Honduras.

Las autoridades colombianas estuvieron tras la pista de Otoniel por casi siete años, lo consideraban un “objetivo de máximo valor” y ofrecían hasta 3,000 millones de pesos (aproximadamente 795,000 dólares) por información que ayudara a dar con su paradero.

El presidente Duque resaltó el trabajo de la fuerza pública y de inteligencia e indicó que compartieron “información con agencias de los Estados Unidos y del Reino Unido, dada la peligrosidad de este delincuente”.

Alias Otoniel, señalado por delitos como narcotráfico, homicidio, tráfico de armas, reclutamiento forzado y abuso de menores, tiene 128 órdenes de captura y sentencias condenatorias en Colombia y dos circulares rojas de Interpol, informó la policía en un comunicado.

Otoniel abusaba sexualmente de menores que llevaba hasta sus campamentos, una práctica que replicaban otros cabecillas e integrantes de menor rango en el Clan del Golfo.

El Ejército divulgó fotografías de Otoniel esposado y custodiado. El comandante de las Fuerzas Militares, general Luis Fernando Navarro, indicó que la operación fue planeada el 15 de octubre en una guarnición militar en Bogotá y ejecutada en la madrugada de este viernes por más de 500 integrantes de las fuerzas especiales.

La policía detalló que alias Otoniel se escondía en las montañas del Nudo de Paramillo, en el departamento de Antioquia, al centro del país, donde tenía ocho anillos de seguridad y sus movimientos fueron monitoreados por 50 expertos de inteligencia satelital.
Recibieron información de fuentes humanas y también descubrieron que no se comunicaba por celular ni se refugiaba en viviendas y se alimentaba con comida de la región donde estaba internado.

En su trayectoria criminal, Úsuga pasó por grupos de extrema izquierda y de derecha. Primero hizo parte de la extinta guerrilla de izquierda llamada Ejército Popular de Liberación, luego de los paramilitares en las Autodefensas Unidas de Colombia y aunque sus integrantes se desmovilizaron en 2005, continuó delinquiendo junto con su hermano Juan de Dios Úsuga David, alias Giovanny.

Las autoridades colombianas calculan que el Clan del Golfo tiene entre sus filas a más de 3,500 personas.

José Miguel Vivanco, director para las Américas de Human Rights Watch (HRW), felicitó a las autoridades colombianas por la captura del líder del Clan del Golfo para que rinda cuentas ante la justicia “por los cientos de crímenes cometidos bajo su mando. Las víctimas merecen justicia”, tuiteó.

“Para que esta captura ayude a prevenir nuevos abusos es necesario que haya esfuerzos serios por desmantelar integralmente a grupos armados, proteger a la población y asegurar justicia”, agregó Vivanco.

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