Por lo menos 18 personas fueron baleadas y cuatro de ellas fallecieron luego de varios tiroteos ocurridos en distintos lugares de Cincinnati durante la noche, informaron las autoridades.
Las autoridades acudieron al vecindario de Avondale el domingo a las 12:30 de la madrugada y encontraron a Antonio Blair, de 21 años, con heridas de bala, informó la policía en un comunicado. Fue trasladado al University Hospital y falleció allí, añadieron las autoridades. Otras tres víctimas también fueron llevadas al hospital.
Alrededor de las 2:15 de la madrugada, los agentes respondieron a un reporte de disparos en el vecindario Over-the-Rhine, donde 10 personas fueron baleadas, informó la policía. Una murió en el sitio y otra en el Centro Médico de la Universidad de Cincinnati. Fueron identificados como Robert Rogers, de 34 años, y Jaquiez Grant, de 30.
Tres personas fueron baleadas el sábado a medianoche en el vecindario de Walnut Hills, añadieron las autoridades.
Los medios noticiosos reportaron que los tiroteos ocurrieron con una diferencia de 60 a 90 minutos entre sí, pero el subjefe del Departamento de Policía de la ciudad, Paul Neudigate, comentó a los reporteros que parecen “haber incidentes separados pero horribles y trágicos”.
De momento, la policía no proporcionó detalles sobre el cuatro tiroteo, pero reportes de televisoras señalaron que una persona fue baleada el domingo por la mañana, convirtiéndose en la 18va víctima, en el oeste de la ciudad y fue declarada muerta en la escena.
No se ha proporcionado información sobre sospechosos en ninguno de los casos.
“Una noche extremadamente violenta en la ciudad de Cincinnati. Estamos revisando la posibilidad de 17 víctimas, y hasta cuatro que podrían ser fatales en este momento. ¿Por qué? Esa será la pregunta”, había dicho Neudigate antes de que se anunciara el cuarto tiroteo.
Más tarde, el jefe policial de Cincinnati dijo que el nivel de violencia era “inaceptable”.
“Pido a todos los ciudadanos de esta gran ciudad decir ¡es suficiente! No debemos sentarnos en silencio y decir que no podemos hacer nada para terminar con la violencia armada”, dijo el jefe de la policía Eliot Isaac en un comunicado. “Tenemos una obligación moral de frenar la violencia y poner fin a los asesinatos en nuestras comunidades”.
La policía dijo que el departamento reasignará agentes para aumentar el número de uniformados en las comunidades afectadas y que pediría a los fiscales federales y al Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos “enfocarse en los agresores reincidentes y presentar agresivamente cargos por posesión ilegal de armas”.
En julio, el periódico Enquirer reportó que la ciudad registró un repunte de tiroteos y homicidios por violencia armada en la primera mitad del año, respecto al mismo periodo de 2019.
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