BEIJING.
China amenazó el viernes con tomar represalias contra Estados Unidos luego de las sanciones que le impuso Washington a varios funcionarios de la provincia de Xinjiang, por violaciones de derechos humanos cometidas allí.
China “definitivamente responderá” a toda acción que considere una injerencia en sus asuntos internos y que amenacen su soberanía, seguridad o intereses de desarrollo, declaró el portavoz del Ministerio de Exteriores Zhao Lijian en conferencia con reporteros.
Añadió que China “se opone y condena enfáticamente” la decisión de Washington de prohibirle la entrada al país a tres funcionarios, la más reciente de una serie de medidas contra China en medio de un deterioro de las relaciones debido a temas como la pandemia del coronavirus, violaciones de los derechos humanos, el status de Hong Kong y el comercio.
“En respuesta a esta desacertada acción de Estados Unidos, China ha decidido tomar acciones recíprocas contra instituciones e individuos relevantes en Estados Unidos que han tenido un deficiente desempeño en temas relacionados con Xinjiang”, expresó Zhao.
Estados Unidos ya antes había despojado de visas a tres funcionarios chinos considerados responsables de prohibir el acceso de extranjeros al Tíbet, pero la acción del jueves está dirigida a niveles de mando más alto, incluyendo a Chen Quanguo, líder de la provincia de Xinjiang y miembro del politburó del Partido Comunista, y los funcionarios de seguridad Zhu Hailun y Wang Mingshan.
Ellos y sus parientes más cercanos tienen prohibido entrar a Estados Unidos a partir de ahora.
Las sanciones fueron anunciadas una semana después de la publicación de una investigación especial de The Associated Press sobre controles a la población de uigures y otras minorías musulmanas, que fue una de las razones esgrimidas por el Departamento de Estado para las sanciones.
“Estados Unidos no se quedará de brazos cruzados mientras el Partido Comunista Chino perpetra violaciones de derechos humanos contra uigures, kazajos y otras minorías en Xinjiang, como por ejemplo los trabajos forzados, las detenciones arbitrarias, el control de la población y los intentos de eliminar sus culturas y religión musulmana”, declaró en un comunicado el secretario de Estado Mike Pompeo.
Se cree que China ha detenido a por lo menos un millón de miembros de minorías étnicas musulmanas en campamentos de detención, que el gobierno califica de instalaciones de entrenamiento vocacional para contrarrestar el radicalismo y el separatismo musulmán. Asegura que esos campamentos ya han sido clausurados, pero eso es imposible de confirmar debido a las restricciones sobre el ingreso de periodistas a la zona.
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