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Ron DeSantis quiere que los presuntos traficantes de drogas en la frontera entre Estados Unidos y México sean muertos a tiros. Nikki Haley promete enviar fuerzas especiales estadounidenses al país latinoamericano. Vivek Ramaswamy ha acusado al presidente Andrés Manuel López Obrador de tratar a los cárteles de la droga como si fuera su “sugar daddy” y dice que, si es elegido presidente, “habrá un nuevo daddy (papá) presente”.
Donald Trump —el favorito para obtener la nominación republicana de 2024, y durante mucho tiempo la persona que ha dado forma a la retórica de su partido sobre la frontera— ha culpado frecuentemente a México de los problemas en Estados Unidos, y promete nuevos usos para la fuerza militar y acciones encubiertas si regresa a la Casa Blanca.
Muchos de los aspirantes a la candidatura presidencial republicana dicen que llevarían a cabo posibles acciones bélicas contra México en respuesta al tráfico de fentanilo y otros opioides sintéticos. Más de 75 mil personas en Estados Unidos murieron el año pasado por sobredosis de opioides sintéticos, una cifra anual más de 20 veces mayor que hace una década.
El antagonismo de los candidatos hacia México es recibido con beneplácito por algunas familias que han perdido a seres queridos a causa del fentanilo, y que alegan que Washington no ha hecho lo suficiente para abordar la peor crisis de drogas en la historia de Estados Unidos. Pero analistas y expertos apartidistas advierten que la fuerza militar no es la respuesta, sino que más bien alimenta el racismo y la xenofobia que socavan las labores para detener el tráfico de drogas.
“Hay politiquería de este lado. Y del lado mexicano de la frontera, tienes a un presidente que se hace de la vista gorda ante lo que está sucediendo en México, y que ha destruido por completo la colaboración bilateral con Estados Unidos”, dijo Arturo Sarukhán, embajador de México en Washington de 2007 a 2013. “Esa es una mezcla muy combustible”.
La hija de Andrea Thomas murió a los 32 años después de tomar la mitad de una pastilla falsificada que contenía fentanilo y tenía la misma apariencia que sus pastillas que le habían recetado para el dolor abdominal. Thomas estableció la fundación Voices for Awareness en Grand Junction, Colorado, para dar la alarma sobre el fentanilo.
Thomas dice que las personas que conoce están interesadas en lo que proponen los candidatos y sienten que el gobierno del presidente Joe Biden no ha respondido adecuadamente a la crisis. En una carta a los candidatos presidenciales, Thomas y una asamblea de otros grupos instan a los políticos a hacer “todo lo posible” para detener la fabricación y el contrabando de la droga.
“Esta droga no es como ninguna otra que hayamos visto antes”, dijo. “Necesitamos algunas medidas fuertes. No tenemos más tiempo que perder”.
Los demócratas también enfrentan una enorme presión política sobre cuestiones fronterizas de cara a las elecciones del próximo año. La Casa Blanca ha financiado programas nacionales para reducir las sobredosis con fentanilo y ha sancionado a empresas chinas acusadas de importar las sustancias químicas utilizadas para producir la droga.
En una declaración del domingo, la Casa Blanca dijo que el gobierno impuso sanciones selectivas —incluso la semana pasada—, y culpó a los republicanos en el Congreso por bloquear una solicitud de 800 millones de dólares adicionales para luchar contra el tráfico de fentanilo, que incluye dinero para las policías.
México no ha abordado su problema de producción y tráfico de fentanilo. El presidente Andrés Manuel López Obrador niega repetidamente que su país produzca el opioide sintético, pese a la enorme evidencia de lo contrario.
Los agentes fronterizos incautaron casi 13 toneladas de fentanilo en la frontera entre Estados Unidos y México de septiembre de 2022 a agosto pasado, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés).
En el segundo debate de las primarias republicanas a finales del mes pasado, los candidatos reiteraron que utilizarían fuerzas militares para perseguir a las bandas de narcotraficantes en México.
“Como comandante en jefe, voy a utilizar a las fuerzas armadas estadounidenses para perseguir a los cárteles de la droga mexicanos”, dijo DeSantis, el gobernador de Florida. Ha prometido que las personas sospechosas de contrabandear drogas a través de la frontera sur terminarán “muertos como piedras”.
Eso deja entrever la posibilidad de que a los agentes fronterizos se les autorice disparar a las personas en cuanto las vean antes de cualquier investigación sobre si esas personas son portadoras de drogas.
Datos del gobierno estadounidense socavan la afirmación de que quienes buscan asilo y otras personas que cruzan la frontera con México son responsables del tráfico de drogas.
Aproximadamente el 90% de las incautaciones de fentanilo se realizaron en cruces terrestres oficiales, no en áreas de la frontera donde las personas ingresan ilegalmente.
En una audiencia efectuada en julio, James Mandryck, subcomisionado adjunto de la CBP, dijo que el 73% de las incautaciones de fentanilo en la frontera desde octubre pasado fueron intentos de contrabando realizados por estadounidenses, y el resto por mexicanos.
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