LONDRES.
Los índices de depresión entre la población británica han aumentado desde que se dictaron las medidas de confinamiento a raíz de la crisis del coronavirus, informó el martes la agencia nacional de estadísticas.
El índice de depresión entre adultos fue de 19,2% en junio comparado con 9,7% entre julio del 2019 y marzo de este año, indicó la Oficina Nacional de Estadísticas.
La agencia, que evaluó a los mismos 3.527 adultos antes y durante la pandemia, señaló que el estrés y la ansiedad son las muestras más comunes de depresión entre los adultos.
En la etapa más estricta de la cuarentena, que ha sido aflojada los últimos dos meses, la gente quedó aislada de sus familiares y amigos. Además, muchos perdieron sus empleos debido al fuerte impacto económico que tuvo la enfermedad.
Por otra parte, se informó que el gobierno británico eliminará una agencia de salud pública que ha sido criticada por su manejo de la crisis del coronavirus.
Salud Pública de Inglaterra será ahora incorporada al Instituto Nacional de Protección de la Salud, que tiene a su carga proteger al país de enfermedades infecciosas y amenazas biológicas, anunció el ministro de salud Matt Hancock.
“Cuando empezó esta crisis no teníamos la capacidad de responder a un acontecimiento que sólo ocurre una vez por siglo”, expresó Hancock en un discurso en Londres.
La nueva agencia, añadió, tomará en cuenta “las evidencias científicas y la magnitud del problema en una entidad coherente”.
La entidad será dirigida por Dido Harding, exejecutivo de una empresa de telecomunicaciones que ha dirigido el actual programa de tests y rastreos de enfermos.
Hancock aseguró que la nueva entidad seguirá el ejemplo de agencias en Corea del Sur y Alemania, que han sido alabadas por su eficaz respuesta al coronavirus.
Public Health England ha sido criticada por su estrategia excesivamente centralizada hacia los tests y los rastreos, y por abandonar los tests generalizados a mediados de marzo debido a que carecía de capacidad diagnóstica.
Sus defensores argumentan que los gobiernos conservadores en Gran Bretaña llevan años reduciendo los presupuestos de salud pública, dejando al país mal preparado para una pandemia.
El Reino Unido tiene la cifra más alta de muertes por el coronavirus en Europa, con más de 40.000 decesos.
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