Alemania lanzó el martes una aplicación de rastreo de personas contagiadas con coronavirus que las autoridades dicen que es tan segura que incluso los ministros del gobierno pueden usarla, aunque los desarrolladores reconocen que aún no es perfecta.
Los expertos dicen que encontrar rápidamente los casos nuevos es clave para contener los brotes nuevos de la enfermedad, especialmente a medida que los países levantan poco a poco las cuarentenas.
Sin embargo, los gobiernos en Europa se han topado con obstáculos legales y culturales al tratar de conciliar la necesidad de un seguimiento efectivo con los estrictos estándares de privacidad de datos del continente.
En Alemania, donde los datos de una persona están protegidos incluso después de la muerte, ha resultado ser un desafío particular.
“Conocer la ubicación de una persona en tiempo real nos recuerda a China y su sistema de vigilancia”, dijo Frederick Richter, quien dirige la Fundación para la Protección de Datos, un organismo independiente.
También les recuerda cuando los nazis acumularon grandes cantidades de información de los ciudadanos. “Es por eso que, en Alemania, siempre hemos sido muy sensibles cuando se trata de que el Estado recopile información sobre sus ciudadanos”, dijo Richter.
Al igual que muchas otras apps, la alemana utiliza la tecnología Bluetooth. La aplicación escanea el entorno del usuario y registra qué otros teléfonos con la app están cerca y por cuánto tiempo.
Si alguien que usa la “Corona-Warn-App” da positivo a COVID-19, puede informar a otras personas que estuvieron cerca por al menos 15 minutos que ellos también podrían estar infectados.
Los desarrolladores dicen que sus pruebas más recientes identificaron correctamente al 80% de los contactos de las personas. Los demás no fueron reconocidos o no estaban muy cerca.
Los partidos de oposición han pedido una ley para garantizar que las empresas no intenten presionar a los clientes o empleados para que usen la aplicación. El gobierno insistió el lunes en que “voluntario significa voluntario”.
El gobierno alemán dice que la aplicación costó 20 millones de euros (22,7 millones de dólares) y costará de 2,5 a 3,5 millones de euros por mes para operar.
Alemania ha registrado casi 190.000 casos de COVID-19 y poco más de 8.800 muertes hasta la fecha, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins.
Una encuesta publicada este mes por la emisora pública ARD encontró que el 42% de alemanes usarían la app y 39% no. El resto respondió que no tenían un teléfono inteligente o que no se habían decidido.
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