Después de meses de espera del llamado de Estados Unidos para iniciar su proceso de asilo, más de 5 mil migrantes centroamericanos saturan los albergues de Matamoros y Reynosa, en donde cada día enfrentan más carencias, por lo que desesperados se lanzan al río Bravo para forzar el inicio de su aceptación en el vecino país.
Los indocumentados, bebés en brazos, niños, mujeres, ancianos y hombres de todas las edades, procedentes de Venezuela, Cuba, Honduras, El Salvador, y de otros países, que llegaron a las fronteras de Matamoros y Reynosa después de atravesar hasta 13 países, también esperan el llamado en el Puente internacional Nuevo, donde todo el día hay largas filas para entrar a Estados Unidos.
Ahí también se encuentran elementos de la Guardia Nacional y de las secretarías de la Defensa Nacional y Marina, con el propósito de evitar conflictos sociales, que podrían obligar a los migrantes a que crucen en forma ilegal hacia Estados Unidos.
En Matamoros un grupo de al menos 25 personas se lanzó al río, desesperado por la espera de su trámite, pero a pocos metros de cruzar, los migrantes fueron aprehendidos por elementos de la Border Patrol.
En esta frontera son más de 2 mil migrantes que se encuentran en los albergues Casa del Migrante, Casa Bugambilias, San Juan Diego y Viento Recio, donde padecen la falta de alimentación y de servicios.
En Reynosa también saturaron el Auditorio Municipal, el Centro de Atención de Menores Migrantes y el albergue Senda de Vida entre otros, donde suman más de 3 mil indocumentados.
En el albergue Senda de Vida hay más de 600 personas, y en la puerta ya colgaron el letrero “no hay cupo” porque ya escasean los servicios y la comida.
En Reynosa sobresale la presencia de cubanos y venezolanos que tramitan, ante el gobierno del presidente Donald Trump, el asilo humanitario, ya que sostienen que salieron de sus naciones donde prevalece la inestabilidad política y la pobreza.
.