EFE.
Tijuana teme ser epicentro de una nueva crisis humanitaria tras la nueva orden ejecutiva del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, que limita las peticiones de asilo y agiliza las deportaciones.
Activistas promigrantes en Tijuana, ciudad limítrofe con California, rechazaron esta medida por ser “riesgosa”, “restrictiva” y porque no garantiza la disminución de cruces irregulares.
Paulina Olvera Cáñez, directora de la organización Espacio Migrante, dijo a EFE que estas son “las mismas estrategias vistas desde la administración de (Donald) Trump, como el MMP (Protocolo de Protección a Migrantes), el ‘Quédate en México’”.
“Son políticas que Biden condenó cuando estaba en campaña y que prometió eliminar”, señaló en una entrevista.
Más peligros para migrantes
La orden de Biden, firmada cinco meses antes de la elección presidencial de Estados Unidos, permitirá a las autoridades estadounidenses deportar a quienes no superen estrictos estándares de asilo cuando se supere la cifra de 2 mil 500 detenciones diarias en la frontera durante siete días.
Olvera Cáñez condenó que “son políticas que no funcionan y que lo único que generan es orillar a las personas a permanecer mucho tiempo en México“, lo que las expone al peligro.
“Personas que necesitan la protección internacional y que, en ciudades del norte como Tijuana, Nogales, Juárez y (el estado de) Tamaulipas, son víctimas de crímenes como secuestros, extorsiones y otros crímenes violentos”, advirtió.
Agregó que estas medidas también “orillan a las personas a cruzar por lugares más peligrosos, como por el desierto o por el río, o bien, tener que recurrir a coyotes o el crimen organizado“.
Lamentó que sea “una estrategia electoral” y consideró preocupante que provenga del Partido Demócrata en lugar del Republicano, por lo que pudiese ser un punto de partida para propuestas aún más estrictas.
“No es un panorama bueno, es muy preocupante que una vez que la cantidad de personas solicitando asilo en la frontera llegue a su tope, se va a cerrar y van a poder deportar a los migrantes de forma inmediata”, remarcó.
Una crisis que “se veía venir”
José María García Lara, director de Movimiento Juventud 2000, dijo a medios que esto “era algo que ya se veía venir”, pues estaba previsto desde el programa CBP One, que “ha sido muy lento en la zona fronteriza, particularmente en Tijuana, lo que ha provocado que estén cruzando de forma abrupta grupos de migrantes“.
“Vamos a tener a muchas personas deportadas, tanto mexicanos como de otros países, pero no sabemos de qué manera se va a estar dando ese retorno. Eso va a implicar también que los albergues se verán con mucha comunidad migrante y en algún momento podamos llegar a tener nuevamente una crisis migratoria“, alertó.
García Lara destacó que, bajo esta medida, sería importante puntualizar al gobierno estadounidense que, así como va a regresar a migrantes que crucen de forma irregular, “que se agilice el programa del CBP One para que puedan ingresar más rápido, que instrumente otro tipo de acciones para la regularización“.
En espera de una postura de México
El titular de la Dirección Municipal de Atención al Migrante (DMAM) de Tijuana, Enrique Lucero Vázquez, coincidió en que esta medida podría “sobresaturar” los albergues, que ahora están en un 60% de ocupación.
“Sin embargo, estamos esperando para conocer cuál es la postura del gobierno mexicano ante este anuncio y cuáles van a ser las acciones a tomar para atender esta situación, pues esta medida no resuelve el problema de fondo y los migrantes seguirán llegando a la ciudad para solicitar asilo en Estados Unidos“, comentó.
El funcionario precisó que esta acción no implica el cierre total de la frontera, ni de los puertos internacionales de San Ysidro, El Chaparral y Otay, ni para los 400 cruces regulares diarios de CBP One, como se ha especulado en algunos medios.
“El cierre es específico para las personas que crucen de forma irregular”, aclaró.
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