Prevost, ahora Papa León XIV, superó un tabú contra un pontífice estadounidense.



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El papa Francisco trajo a Robert Prevost al Vaticano en 2023 como el poderoso jefe de la oficina que examina las nominaciones de obispos, uno de los cargos más importantes de la Iglesia Católica. El jueves, ascendió al papa León XIV, el primer pontífice estadounidense.

Prevost, de 69 años, tuvo que superar el tabú contra un Papa estadounidense, dado el poder geopolítico que ya ejercía Estados Unidos en la esfera secular.

El nativo de Chicago también es ciudadano peruano y vivió durante años en Perú, primero como misionero y luego como arzobispo.

Evocó su amplia experiencia en sus primeras declaraciones públicas como Papa, hablando en italiano, luego cambiando al español y sin decir una palabra en inglés mientras se dirigía a la multitud en la Plaza de San Pedro.

Tenía al entrar al cónclave una prominencia que pocos otros cardenales tienen.

Prevost fue elegido dos veces prior general, o máximo líder, de los Agustinos, la orden religiosa del siglo XIII fundada por San Agustín. Francisco, sin duda, lo tenía en la mira durante años, trasladándolo del liderazgo agustino de regreso a Perú en 2014 para servir como administrador y posteriormente arzobispo de Chiclayo.

Permaneció en ese cargo, adquiriendo la ciudadanía peruana en 2015, hasta que Francisco lo trajo a Roma en 2023 para asumir la presidencia de la Comisión Pontificia para América Latina. En ese puesto, se habría mantenido en contacto regular con la jerarquía católica en la región del mundo con mayor número de católicos.

Desde que llegó a Roma, Prevost mantuvo un perfil público bajo, pero era muy conocido entre los hombres que importan.

Cabe destacar que presidió una de las reformas más revolucionarias de Francisco, al incorporar a tres mujeres al bloque de votación que decide qué nominaciones de obispos se presentan al papa. A principios de 2025, Francisco volvió a demostrar su estima al nombrar a Prevost al cardenalato de mayor rango.

La elección de un papa nacido en Estados Unidos podría tener un profundo impacto en el futuro de la Iglesia católica estadounidense, profundamente dividida entre conservadores y progresistas. Francisco, con la ayuda de Prevost y de la oficina de verificación de obispos, se había embarcado en un proyecto de 12 años para frenar las tendencias tradicionalistas en Estados Unidos.

La elección de Prevost “es una profunda señal de compromiso con las cuestiones sociales. Creo que será emocionante ver un tipo diferente de catolicismo estadounidense en Roma”, dijo Natalia Imperatori-Lee, profesora de estudios religiosos en la Universidad de Manhattan en la ciudad de Nueva York.

Las campanas de la catedral de Lima, la capital de Perú, repicaron tras el anuncio de la elección de Prevost. En un momento dado, la gente que se encontraba afuera de la iglesia expresó su deseo de una visita papal.

“Para nosotros los peruanos, es un orgullo que este sea un Papa que representa a nuestro país”, dijo Isabel Panez, maestra de primaria, quien se encontraba cerca de la catedral cuando se anunció la noticia. “Nos gustaría que nos visitara aquí en Perú”.

El reverendo Fidel Purisaca Vigil, director de comunicaciones de la antigua diócesis de Prevost en Chiclayo, recuerda que el cardenal se levantaba cada día y desayunaba con sus compañeros sacerdotes después de decir sus oraciones.

“No importa cuántos problemas tenga, mantiene el buen humor y la alegría”, dijo Purisaca en un correo electrónico.

Nacido en Chicago en 1955, Prevost se unió a la Orden de San Agustín en 1977. Asistió a la Universidad de Villanova, cerca de Filadelfia, donde recibió una Licenciatura en Ciencias en 1977, y obtuvo una Maestría en Divinidad de la Unión Teológica Católica en Chicago en 1982.

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Briceño informó desde Lima, Perú.

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